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Mostrando entradas de abril, 2009

Cuatro pesos para Luis Fortuño

Amigos: ¡ayer rendí mi planilla! Era el último día para rendirla, ¿y qué? Esperé cuatro horas en la fila, para rendirla, ¿y qué? La verdad, la verdad, tenía ganas de no rendir un cara** ¡CON LA PROMESA QUE HABÍA HECHO LUIS FORTUÑO! ¿Quién rayetes hubiese pensado que había que rendir alguna cosa? Eso fue lo primero que dijo en su campaña (8 meses antes de ganar): “Si el dinero está en las manos de la gente, está mejor asegurado que aun en las propias mías.” Y tras peinarse con las manos la pollina: “Nadie que gane menos de 20 mil dólares va a tener que rendir planilla.” A mí no me ******na la ingenuidad de esas mentiras. ¡Lo que me enfurece es la gente que rindió ayer como si nada! Nadie habló sobre el Gobernador en la fila. Y sin embargo: qué bonito boicot, digno de historia, hubiese sido que ayer todos los contribuyentes pela’os, como el que suscribe, se hubiesen simplemente reunido frente al Departamento de Hacienda, no a gritar ni a quemar gomas, sino a preguntarle al Sr. Puig por q

Homenajes varios a la Mejoría

1. Mejoraste, Mujer: ya no vienen como huyendo tus palabras. Mejoraste, Hombre: ya no vienes-te, tan pronto. Tú también mejoraste, mi Compadre, que no vienes con tu mujer ya a traicionarme. 2. Mejoraste mi mujer, ¡oh Vida! Y a mí, quien con algo tan canjeable como (era) mi alma, me contentaba. 3. Mejoraste mi manera de pensar, ¡oh Poesía! 4. ¡Mejoraste mi sexo, Satanás de las Bestias, de las Furias, las Furcias y Ciertos Días! 5. ¡Mejoraste tu luz, Sol! 6. ¡Y tú mejoraste, Dios, a Lucifer y al día! ¡Dios imposible, invisible y deseado! ¡Dios de otro Hado mayor! ¡Dios entre Dioses! ¡Dios humano! 7. Mejoró mi Locura, ya que al fin, sin fin, y quién sabe si con algún extraño (y becqueriano) fin, !estoy loco!

Carta abierta a los estudiantes de Literatura

(Carta con final abierto y un montón de dos puntos, a Miquito) Amigos: Esta no es una declaración genérica de amor, pero: ¿cómo no pudiera amar yo a quien ama lo mismo que amo...: la escritura? No la palabra, que es íntima y secreta, sino la cáscara elaborada de ella. No importa que haya quien les diga a los niños, a las enamoradas y al pueblo, con las palabras de la boca. Lo que amamos es la escritura: ese "ritmo de las ideas", como propuso entre otros, y hasta hace poco, O. P. La escritura: la que exige un verdadero amor, que es el que le dedican ustedes y yo a ella: eco eternizante del habla. No importa que muchísimos poemas hoy día se reciten “como hablando”. Lo que importa es que la poesía y la gente, que habla tanto, no se cruzan. Y la gente es vulgar y no importa; y si lo hace es sólo en la medida en que sea, para los demás, poesía. La prueba DE TODO LO CUAL es que la poesía para la gente tampoco importa, como en un efecto especular : recíproco. Y el que se alarme a