Yo no sé nada de John Allen. Sé que logró cristalizar el proyecto de ingeniería ambiental más grande que la humanidad haya creado hasta ahora, Biosphere 2, pero ese ha sido sólo uno de sus múltiples proyectos realizados. Sé que a los 10 años vendía un periódico hecho por él mismo (dos páginas con noticias mundiales), pero yo supongo que todos los niños inteligentes que en 1939 tenían 10 años, buscaban la manera de ingeniárselas para no sucumbir ante el hambre...
Lo extraño es que llegó a ser billonario y en vez de cambiarse el porte de hillbilly que ya lo acompañará para siempre, se gastó su fortuna en terrenos y proyectos para mejorar el ambiente y magistralmente “dar el ejemplo”. Si se hubiese quedado con sus millones tal vez fuera famoso; hoy día, con todos los logros que ha alcanzado, apenas los estudiosos le conocen. Estudiosos, eso sí, de la ciencia y la literatura: John Allen es un poeta dedicado en cuerpo y alma a las ciencias ambientales, o viceversa: un científico ambiental con profunda vocación poética. No se pasa la vida criticando el uso de metáforas coercitivas en las prosas profanas de nadie. Trabaja y cuando descansa, lo hace sobre el papel.
Pero yo no me he leído sus libros; yo lo que he hecho ha sido preguntarle, en mi inglés sudoroso, algunas cosas que él me ha contestado, para mi ayuda y sorpresa, en español… ¿Cómo? ¿Que si somos amigos? Si los amigos de sus amigos son sus amigos, pues sí. De todos modos, este próximo 21 estará dando una charla en la UPR sobre arquitectura sostenible, y cuando la acabe, aunque ahora mismo se encuentra medio sordo, le voy a preguntar si se acuerda de mí. Si me dice que sí, le diré lo del porte de hillbilly; y si no, sudando un poco más mi inglés, le diré que no importa, que de todos modos me gustaría irme en su Heraclitus a ver el mundo.
Y ahí sí que nadie sabe mi nombre, ni siquiera mi idioma; mucho menos, mis enconadas maneras de soñar…
Pero yo no me he leído sus libros; yo lo que he hecho ha sido preguntarle, en mi inglés sudoroso, algunas cosas que él me ha contestado, para mi ayuda y sorpresa, en español… ¿Cómo? ¿Que si somos amigos? Si los amigos de sus amigos son sus amigos, pues sí. De todos modos, este próximo 21 estará dando una charla en la UPR sobre arquitectura sostenible, y cuando la acabe, aunque ahora mismo se encuentra medio sordo, le voy a preguntar si se acuerda de mí. Si me dice que sí, le diré lo del porte de hillbilly; y si no, sudando un poco más mi inglés, le diré que no importa, que de todos modos me gustaría irme en su Heraclitus a ver el mundo.
Y ahí sí que nadie sabe mi nombre, ni siquiera mi idioma; mucho menos, mis enconadas maneras de soñar…
Comentarios
Dice Andrés:
“Que sorpresa mas bonita coño, muchas gracias.”
Dice Trity Vakil (de forma enigmática):
“Great work Jorge! …en la mañana… Love …3t”
Dice Enrique Pineda (sin que venga a cuento):
“Serás siempre el primero en tocar el cielo con la mano. e.”