Todos los años, durante la época otoñal que ya comienza, se oye un rechinar de dientes carietosos en el corazón de este blog. Soy yo, quien con incontenible soberbia, se dedica a despotricar frente a todos por los gustos tan gustosos y poco beneficiosos para mí, de nuestra patrona oficial: Carmen Dolores. El berrinche bien pudiera formar parte ya de una interesante tradición (literatura oficial versus literatura alterna), si bien sigue siendo grande el peso del decoro entre los nuestros, y grande la esperanza de redención en el cerebro poético de cada cual. Tomemos, pues, la cosa a bromas dentro de unas cuantas líneas. Antes, anunciemos nuevamente la gran noticia dominical: el ganador del certamen de cuentos de este año, ha sido uno titulado La jirafa de Jayuya . Hasta ahí la seriedad, que por cierto, es casi broma. Lo demás es un chiste y al parecer de mal gusto, cosa que a mí me interesa menos por la publicación a tres páginas del cuento, previa reseña emotiva de la vida de su autor,
Vigilia callada bajo sueño apalabrado.