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Mostrando entradas de junio, 2015

La nube

Un hombre va a su casa a cierta velocidad. Sabe cuáles son las condiciones: el cuarto vacío, la casa a solas, la autopista. Sobrepasa este carro, se dirige a este otro, pero permanece estable en el límite de velocidad requerido. A la altura de Cayey, preso en el paisaje, logra interesarse por una nube inmensa, en forma de meteoro. Nadie a esa velocidad se interesa por tal cosa. Sin embargo, el sujeto se pregunta si esa gran nube meteórica devendrá en castillo, en imposible toronja, o en cabeza de algún dios desconocido, ahora que el viento allá arriba moldea su acolchonada coraza. Un momento a la espera y ya se colma de emoción. El meteoro ha cedido a la pericia del viento y, con puerta algodonosa, extático banderín y fachada gris, se alardea al aire convertido en guarnición. En castillo. En el castillo por el cual el hombre, presa en su sorpresa reconoce, se había decidido apostar. Apenas lo cree; se encuentra realmente entusiasmado… Por último, ya que la autopista

Allá

Mi madre confesó: vino a esta isla a parir, así fuera en la arena, y a alimentar sus hijos, así fuera con pulpa de palma. La pulpa de palma no existe. Mi madre, en cambio, confesó ante mis oídos aturdidos: así fueran cocos, con gusto los comeríamos. No quería que nos criáramos allá.

Criado en el campo

Criado en el campo le temo al guabá de entre las piernas del río. Criado en el campo leí, tropecé, me desnuqué sobre las piedras calientes del camino. Criado en el campo salí, viajé con Dios de paseo. Y porque leí no fui ya de los que regresan. Soy de los que han cambiado por un cuerpo aireado, el maví.  

Graduandos

El e-mail

"Mami: Esta mañana te deposité unos chavitos en la cuenta, pa’ que veas que acá sí se puede trabajar y ganar bueno sin tener que estudiar tanto. Cómprate ropa o ponte los dientes que te partió Papi, pero no le des chavos, que tú sabes en qué se los va a gastar. Después te envío más. Estoy con prisa, te dejo. Tqm. Jay" Luego de enviar el e-mail , se quitó los guantes y la capucha, y los lanzó apresurado al interior del vehículo. Cuando terminó de rociar con carburante el auto, acomodó la laptop entre las manos de su dueño, que yacía silencioso y morado en el asiento trasero. Encendió la triste mecha. Y se marchó de inmediato, iluminado. (Cuento con el que concursé en el Certamen Mundial de Cuento Corto. Este año hubo 239 concursantes. Fui la undécima persona, de las 30 que pudieron leer su texto.)

Certamen Mundial de Cuento Corto, 2015

El hueleyema que ganó tuvo que rescindir del premio porque ya lo había publicado hacía 6 años: http://www.elnuevodia.com/entretenimiento/cultura/nota/anunciannuevoganadordecertamendecuento-2057293 Solo con poner "La sirena ronca" en Google, se podía acceder al mismo: http://loscuentos.net/cuentos/link/405/405621 Y que conste: había que firmar un Acuerdo mediante el cual cada participante aseguraba que su cuento era original y nunca había sido publicado en ningún medio de difusión. Sospecho que, por sus declaraciones de esa noche, él sabía que podía hacerlo con bastante impunidad. Eso, o el tipo, Luis Raúl Albaladejo, era realmente un...