Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2012

La Imagen I

            A la imagen sala el Mar. A la imagen sal, a *l Mar.             Ala: imagen; sala: el Mar.

Rojo me corre azul

Abrí mi correo electrónico y me topé con esta confesión: Tanto amor agolpado en un compás de espera se despliega en la bruma. Mi ilusión se vierte en un amanecer distinto y casi azul, mutante de recuerdos e inconsistencias. Mi corazón es un Flamboyán anaranjado. Ayer caminé por tu interior y tropecé con tu sonrisa. Dormí aliviada. C. H. T.

Gracias y Halagos

A la muerte:     Por ti acabó la pertinacia de la eternidad. A la vida:          Todos saben de ti; Nadie, de nada. Al trabajo:       Al menos por ti para Amargo. A los números:    Gracias por picarme los eternos. A las galaxias:    Gracias por llamarnos desde lejos. A las palabras:    Gracias por la gracia de las rimas. A Rockefeller:      Gracias por ser solo un apellido. A Lincoln:             Gracias por guerrear por ** Loíza. A Jorge:               Gracias por no actuar como Juan. Al aire:                 Dentro, humilde, nunca airado. A los ríos:              Naciste agua del viento. A los orígenes:     Vuelve Nadie con sus huellas. A Dios:                  Mueren la infamia y el fin.

¿Qué es una hojalabra?

Hay que volver a esa pregunta. "Poesía visual", diría yo, para contestarla. Lo que pasa es que a veces (¿a veces solamente?) la poesía está "en el ojo de quien la observa." !Tan cómoda se ve ella, mientras se codea con el flamboyán y el pasto! Ojalá yo tenga mil lectores cada día. Ojalá me anuncie realmente (qué dirección tan difícil: http://la-hoja-labra.blogspot.com/ ) y mucha gente pase por mi blog. Alguien, sin embargo, va a pasar por esa calle transitada donde he germinado a Rosa, y va a exclamar: "¡Mira que cosa tan linda!" ¡Ojalá todos lo pudiéramos escuchar en Hoja Labra!

A solas, sin Migo

Qué sensación de soledad hay en esa foto... y en ese extraño lugar, The Reef, donde comimos. Cuando fuimos a pagar la cuenta, nos dijeron que no tenían sistema de ATH. "Pero no se preocupen", nos aseguró la dueña, "vengan a pagar cuando puedan."  Haddys no se sorprendió con la oferta, porque ya está acostumbrada a esa 'tórrida benevolencia'. Yo, que aún conservo resabios moralistas, la convencí de que fuéramos al cajero automático más cercano y regresáramos a pagar...