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Mostrando entradas de 2016

Estimada Sra. María de Lourdes Santiago:

Usted es la portavoz de la independencia puertorriqueña. Según usted misma. No le escribo para ofenderla, pero cuanto usted sabe, conoce, recorre o percibe, es exactamente lo mismo que una persona educada como yo, como mi esposa, como mi hermano, recorren. Todos ellos, acaso, le dieron a usted sendos votos. Yo no. Yo voté por otra mujer igual de libre, igual de trabajadora, igual de comprometida, igual (o más) valiente, a la que usted miró tan, pero tan y tan y tan mal en esos televisivos debates en los que -al fin- se proyectó alguna cámara sobre alguien que no utilizó los fondos electorales por los que usted, Licenciada, tanto se inclina.  No hay marcha atrás: la cantidad de votos que usted necesita para alcanzar a mi candidata (puesto que de los votos para liberar al país ya ni se diga) se va a multiplicar una vez se calibre, pondere o justiprecie el gran error nacional que hemos cometido (por lo bajo ) al habernos decantado por Ricardo, Ricky, Riquito, Roselló. Este últi

Ramonita Lorenzo, In memoriam

Te fuiste sin avisarme, Mona, y esto no sé si te lo voy a perdonar tan fácilmente. A pesar de lo mucho que te debo, a saber: años y años de comida y alojo; una hermana, dos hermanos, tres sobrinos; un recuerdo iluminado por la tranquilidad; una estela de confianza. Tú tan pausada, Mona, y te fuiste a toda prisa. ¿Por qué? ¿Para castigarme por qué cosa? Si tú sabes que yo te pensaba pagar poco a poco, o mejor: bloque a bloque, las 6 casas en las que me acogiste cuando yo era joven, cuando estuve alegre, cuando me embriagué de vino, cuando estuve triste o fatigado. ¿De dónde te salió tanta prisa? Yo te voy a alcanzar algún día, y tal vez entonces, seguramente entonces, te perdone. Hoy me siento abandonado. ¡Quién lo diría! Una mujer tan bondadosa y tratando tan fulminantemente a uno de sus hijos adoptivos. Yo otra cosa tuya no soy, querida Mona, aunque tengo una madre también buena, que se sorprende como yo, y con lágrimas asume tu pronta partida. Gracias por esta ex

Quiero aprender a sonreír

Si trabajo mucho y gano poco, quiero aprender a sonreír. Si hoy es lunes, también. Si me encanta caminar (con el sentido íntegro que tiene la palabra “encantar”: deleitarse mezclando vida e irrealidad), pero de todos modos, no me queda más remedio que utilizar el tren, pues entonces, ciertamente debo aprender a sonreír. Yo lo sospechaba: sonreír era parte de esa salud emocional que nos nutre también la corriente sanguínea de nuestras vidas. Juan Carlos Torres demuestra, con sencilla exquisitez, con libertad humilde y con su corazón tranquilo, pero abierto, que no solo hace falta reír, sino ser libre, en el sentido en que más se compromete esa transparente libertad.             No como artista gráfico, sino como cantante cotidiano aparece ante nosotros esta vez. Con la voz menos dura que Andrea Bocelli, pero mucho más pura que la mía. ¿Por qué en inglés? ¿Por qué, nada menos, que “Three Little Birds”, que era lo que yo cantaba cuando joven? Obviamente, el género y el autor (reg

Agua

Llévate las flores y el agua. Déjame seco al partir, mujer del agua. No quiero el bosque sin ti, que duermo en cuna de miedo hasta tu rayo. La sombra que me antecede se disipa.

El gringo independentista

Durante los últimos 10 años he enseñado español, mi lengua natural, en una universidad privada de la capital. Siempre que he contrastado mi idioma con el de los estadounidenses, esos nuestros vecinos distantes y administradores inmediatos, he percibido en los estudiantes los mismos miedos que el interlocutor percibe cuando se habla de temas verdaderamente tabú, como la pedofilia. Un pudor temeroso de mencionar ciertas palabras y nombrar ciertos referentes. Una autoimpuesta prohibición a no cruzar la frontera de los vocablos y decir, sin mucha práctica, términos como “patriot”, “americans” y “states”.   Nadie en Puerto Rico domina el inglés, de la clase media hacia abajo (o, si se quiere, hacia el lado). Nadie, por tanto, comprende a cabalidad ciertos temas. Y así, nos pasamos la vida (yo también desde este lado) nombrando cosas que ni tenemos, ni entendemos, como: “money”, “profit” y “statehood”. Es decir: “chavos”, “beneficios” y “estadidad”. Los que comprenden esos términos, porqu

Verano

Una semana después, me enfermé.

Bucólica

Se supone que ordene y afirme: Mira: eso es una montaña. Lo que tiene debajo es un acuífero. En su lado derecho tiene sembrado un plantío de caobas. En su punta sellada no hay vestigios de volcán. Por lo que podemos afirmar que no fuma. Pero debo confesarme primero: Estoy tan solo en este mundo subacuático y seco, que quiero copular con la montaña. Sufro al ser poeta. Incomprendido por los ríos y las iguanas. Obligado a caminar entre humanos. ¡Precisamente yo, que siempre he querido graznar! Las palabras contaminan como petróleo. ¡Ya no valen lo que hacía apenas diez mil años! La única que guardo, astroblema , quema como viento solar.

Los de hoy

Walter Soy escorpión. A pesar de la carita. Chiste Las mujeres me dan prisa; brisa el viento; risa los chistes de Leo Harlem. (Y eso que soy un mojón.) Isleño Aprovechar estas fuerzas: leer, pintar, construir y bailar. Eso haría, si mi isla no me herrumbrara el ego, estrellándolo contra la frente del mar.

20 poemas a Molina

#1 La poesía llega al poeta como la droga al doctor y la tuerca a los mecánicos. Y el Mundo a los dioses que dicen y crean. La poesía no anda hurgando  en los hangares, pero creen en los salvamentos  del stainless steel . #2 Hablemos, pues, Molina, sin problemas. Tú un mecánico, yo un seguidor de mis pasos. ¿La Toyota? ¿Qué va a saber la Toyota de tu afán y tu placer bajo al motor? A lo sumo, Dios. Que no tiene que ir husmeando entre herramientas. ¿Qué va a hacer Dios el día entero, hurgando entre engranajes en tu taller? #3 Confiésalo, Molina: estamos solos. Dios no te va a preguntar cuánto hace que no lees una línea. Yo sí. Pero tú  me dijiste primero: “Poesía es igual a mentir.” #4 Voy a engrasarme las manos. Sin embargo, no fui yo quien ya sudó en el vientre de su madre. Pobre de ella: ni siquiera la sal  pudo prever. #5 Yo conozco a tu mamá, es como todas. Se atribuyen la autoría de una carne  que lactan en soledad. #6 Te conozco, Molina, a

LITE 101: Examen

Describa el olor de la papaya. Es un olor fundamentalmente fangoso recubierto de un aroma frutal y alegre que, sin embargo, no impide las reminiscencias húmedas a guayaba, peras amarillas y vaginas. ¿A qué sabe la toronja? Es un agua oxidada por una concentración de limón relativamente baja, a la que se le añade algo de azúcar a través de un tallo duro y seco que le impide llegar hasta el gajo fácilmente. ¿Qué piensan las mujeres de los poemas? Si reciben uno, se escandalizan, lo que evidencia la fuerza que ejerce en el imaginario femenino ese tipo de arte. Si escriben el poema, este alcanza un rebosamiento pasional perfecto, una intensidad vibrante. ¿De dónde proviene la desvalorización de la poesía? De la inmediatez de la palabra. El día que los vocablos sean estimados como las frutas, los que piensan en la úrsida estrella zafirina se harán multimillonarios. ¿Cómo lograr su valorización? A través del epigrama, el cuento corto y el mensaje de texto a los

12 más

Elecciones Vamos a revolucionar la política. Todos en fila india. Político “Cuatro años en la libre comunidad es mucho tiempo.” Amor Tu cuerpo está dormido sobre tu alma. Maestro En el patio corríamos desnudos. Tú leías nuestros ensayos sobre la desnudez. Estudiante El mundo, que comienza con la hoja puntiaguda que se acerca con el viento a mi ventana, no va a saber que lo pienso. Trabajo “Mundo, ¿dónde andas? ¿Qué no ves que aquí me tienes?” Dios #1 “Hombre, ¿dónde andas? Bueno, qué importa.” Dios #2 “Alguien que le dé un millón de dólares a Jorge. A ver. A que nadie me dice en qué los va a desperdiciar.” Mea culpa “Padre, he imaginado a María desnuda. No me perdonaré, por lo que me resta de vida.” Cierto Dios no existe. Lo que hay es materia oscura. No sé lo que es. Nadie lo sabe. No es mi culpa Hay tanta materia oscura, que no se ve bien a Dios. Otra greguería “Etcétera: Esa larga palabrotota que no deja acabar las

10 mini cuentos

Greguería Sueñan con letrinas las moscas. Losa Teos Mis abuelos, como buenos ateos, despilfarraron sus almas en vida, dejándonos solo huesos. Humanito Dios me tritura, me muerde, me despedaza, me hierve en sopa y, contemporizando, también me fusiona con el tritio. *** Poesía: Donde dicen chatarra, el poeta alude a la acre corrosión . Clasificado 1 Se busca: Chiripero, para trabajo temporero en construcción a medias. Pagamos según nos vaya cayendo. Clasificado 2 Busco prostituta con cuerpo sensual. Repito llamadas si complace. Pago doble si ama. *** La imaginación concibe a Dios. La razón no la alcanza. No me crean Yo no soy famoso porque no me da la gana. Siempre se me gasta en los ensayos. *** Te amo tanto que puedo morir de aburrimiento, solo por fregar frente a ti. Esquizo Dentro de mí hay un individuo algo parecido a mí.  

Cano

Cano Te retorcías por dentro de tal manera, que se acumulaba en tu mirada —puerta azul de entrada— un pequeño fulgor que nadie veía. Salvo tu bonita novia, si te hubiese acompañado al taller esa mañana. Lo hacías por esa fusión de rabia y contentura que te provocaba Cano y su saber. Que para tu mal, era un saber de mecánico. No un mecánico saber, como pensabas. ¿Qué esperabas? ¿Qué hubiese mirado tu auto con asombro cerril? ¡Ah, si hubieses podido decirle: “Estaba conduciendo en la tarde, asombrado por la vista cerril”! Cano quería hablarte del líster, sin siquiera preguntarte por tu espalda. Que te dolía más de lo que a tu carro el líster. Esa pieza que ibas a comprar, por supuesto, pero que antes ibas a tratar de ubicar entre otras: filtro de la izquierda, para aceite; tanque compresor en la derecha; transmisión: más grande, ocupándolo casi todo, tapando a la extraña pieza por la que quién sabe cuánto ibas a tener que pagar. ¿Por qué no se lo dijiste frontalmente: “Cano, d

Jarrón-rosita

Jarrón Anaranjado