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Mostrando entradas de julio, 2014

La manzana en el fondo del mar

Voy a morder una manzana azul. Había pasado más de una semana sobre aquella mesa de la cocina. No se supone que la coma. No sabía cómo había llegado hasta allí. Pero vi su forma apetecible y quise comerla, sin saber sus nutrientes, y sin haber probado jamás sus calorías. Los ojos de Alicia, un poco me dejaron ver que algún tiempo había transcurrido. Sin embargo, Alicia había comido hacía poco. Aquella hambre, aquel deseo, eran exclusivamente míos. No eran las manzanas sus frutas predilectas. Lo eran, sin embargo, los mangoes, las papayas y las piñas erizadas. ¡Ah, qué hambre la suya! ¡Ah, qué calor! No tuvo más remedio que desgarrar aquella vestimenta que apretada, envolvía su cuerpo; era la desnudez, su respuesta. Y así se abalanzó sobre aquella ensalada de sabores. “Aquella hambre, aquel deseo, eran exclusivamente míos”, se dijo Alicia. “Voy a morder una manzana azul.” “¡Jamás!”, pensó el hada justiciera, custodia de Alicia. Pero el az