Vigilia callada bajo sueño apalabrado.
Vigilia callada bajo sueño apalabrado.
Salpica nuestro corazón
que camina
quebrada arriba
para ver al santo viento
que le reza a las tormentas
pidiendo que
nadie te queme
--ni hombre,
ni fruta,
ni pala, ni
ciclón--
a ti,
agua
mansa y bendita
que, de niña, nadabas entre mis pies.
Comentarios