Ir al contenido principal

Pájaros #1*

Si el pájaro que audazmente
se balancea en la rama
me fuera a dar un consejo,
apuesto a que me diría:

De eso se trata la vida.


Pájaros #2

Los pájaros son metáforas de las ideas.
Y estridentes, resultan pajarracos.


Pájaros #3

El pajarito se acerca
confiadamente al
balcón,
y me confiesa que no
resulto ser su amenaza.


*La contribución es de la Dra. Carmen Haddys Torres: autora del cuento infantil "Julián Chiví", publicado por el Museo del Niño; y de "Osadía", aparecido en la Revista Milenio de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Bayamón.

Comentarios

Jorge Luis Rodriguez Ruiz: ha dicho que…
Amigos, ya se darán cuenta de que muchos de los mensajes que me han enviado a g-mail los he puesto aquí. Es aquí donde van!! Miren el que me envió el gran músico Raciel Reyes (del que les hablare luego):

"explícame eso del blog q de verdad no se q rayo es eso...me metí...a la verdad q eres un hombre muy culto, no entendí casi nada...perdona q sea tan llano...pero las letras no son lo mio...apenas ahora comencé a componer canciones...aun estoy en el proceso de pulirme, pero, cada cual con lo suyo, tu dame un instrumento, y hablamos...je je je"

Eso fue "horita"!! Leyendo los SENCILLOS versos de "Pájaros"...

Entradas populares de este blog

Eyra Agüero Joubert

Eyra Agüero tuvo de nacimiento el enorme regalo de una patria dual. Puerto Rico la vio nacer, pero la República Dominicana le donó la sangre de sus padres. Así, hija de inmigrantes, tuvo en Puerto Rico su cuna, en Santo Domingo su familia extendida, y en el resto de Latinoamérica, una inconmensurable patria que lo mismo le contaba tradiciones folklóricas en español, que le cantaba nanas en portugués-brasileño. Entre contar y cantar trabaja Eyra, haciendo de la risa un arte (el reconfortante arte de la amabilidad), y de la voz una herramienta, o mejor, un disfraz, un elegante disfraz tras el cual esconderse, dejando solo al descubierto la hilaridad o el dramatismo de los personajes cómicos o trágicos que le toque interpretar. Pero antes de hablar de la actriz que hizo el número 5 en la lista de las 10 comediantes femeninas más queridas por el público puertorriqueño, según ha reseñado el periódico Primera Hora hace exactamente dos meses y nueve días (jueves 16 de abril...

Káutika o La aventura de ser joven para siempre (sin hacerle competencia a Peter Pan)

1. Un amigo surgido del recuerdo Este ensayo debió haber sido escrito hace al menos un año. No importa: pasaron más de 13 para que su protagonista, Raciel Reyes Lopés, me encontrara entre las calles de esta ciudad percudida y me hiciera conocer la jovialidad de su música. (“Káutika” = “jovial”.) Me regaló un disco titulado “Todo lo que era ya no es”, que me recuerda el título de un clásico no sé de dónde llamado “Todo lo sólido se desvanece en el aire” (de Marshall Berman). Lo grabó él mismo en la Escuela Libre de Música. Allí, Raciel educa, anima y ayuda a músicos tan entrega’os como él mismo, y de vez en cuando graba discos tan adictivos como este que apenas comienzo a reseñar. 2. “Káutika” “Káutika” significa poco: a lo sumo, unas siglas (que yo desconozco) que conforman el nombre de esta banda. Tiene un pariente cercano: "cáustica" que significa, esa sí, muchas cosas; entre ellas, “que quema y destruye los tejidos animales” y “mordaz, agresivo”. Coinciden ambos términos e...

Lourdes Torres Camacho, In memoriam

L.T.C., febrero 1954- abril 2010 Ha muerto Lourdes Torres Camacho. Muere como amiga, hija, mujer trabajadora. A los 56 años. Muere con pocas cosas valiosas, aunque más que suficientes para una humildad tan sobria como la suya. “Humildad sobria” digo, a pesar de que ella fue consumida por una rabia que podríamos catalogar de extraordinaria. “La rabia de días y flores”, como dice la canción famosa, a pesar de que ella no aspiraba ni a la explosión ni a la fama, ni al empujón ni al dinero, sino, mire usted qué sencillo, a la vida. Nadie quería vivir tanto como ella, que se moría con orgullo, resistiendo las ganas de insultar a la muerte de frente, con un grito de locura o un beso en el centro de la sangre, de repente. No tenía miedo. Como dije, solo rabiaba por vivir, pero se murió. Yo no pude despedirme de ella como quería, aunque creo que siempre le dejé saber que la respetaba. El martes, cuando estuve con ella a solas, en su habitación de hospital, supe también que era hermosa. Pienso...