Ir al contenido principal

Entrevista a mí mismo, Parte II



Luego del gran éxito durante la Semana de la Lengua, comienzo hoy el lunes honrado con la entrevista que me han hecho en este blog, Mismo y Migo, hace escasamente unos minutos. Comparto con ustedes la experiencia…

¿Por qué y para qué existe la familia?
Qué bueno que me lo preguntas, Mismo, ya que me parece que en mi caso, la familia siempre revistió un carácter existencialmente negativo. La Madre me parecía algo así como la Entrada a un Mundo sin puerta de escape. La entrada deshonesta a un Mundo sin puerta de escape (el escape es el silencio que está en el centro del idioma). Si hubiese decidido no tenerme (ahorrándole al Mundo una cadena adicional de genes), acaso ese Mundo fuera menos complejo, pero, por lo mismo, menos cruel.

El Mundo es cruel porque es complejo, y la gente (por alguna “compleja” razón) no se arroja a la empresa de resolver esa complejidad. Pero bueno, es más fácil citar a Fernando Vallejo y su postura (ficcionalizada) sobre las mujeres, que enredarme en todo esto.

¿…?
Bueno, eso. Supongo que toda esa visión ha cambiado en mí; y anoche mismo me di cuenta de que la Madre trae al Hijo porque éste es un intermediario: Interviene entre el Padre y los Rivales del Padre. Interviene entre la Madre y el Mundo. Interviene entre la Madre y Mujer (que puede ser la Madre, la Hija u otra Mujer) etcétera.

Veo que estás leyendo algo de antropología en estos días…
Sí. Como parte de mi marco teórico, que trata sobre el símbolo. Pero resumiendo el tema, la Madre necesita al Hijo más de lo que se pudiera pensar respecto a la carencia absoluta de éste.

De otra parte, en cuanto a lo que me vas a preguntar sobre mi libro, te adelanto (aunque ya tú lo sabes) que el sábado pasado pude leer en alta voz ante un buen grupo de “desconocedores” uno de mis cuentos más queridos.

¿Te refieres al de la muchachita que menstrúa (o algo así) en la alfombra?
Fue una experiencia muy importante para mí.

¿Y qué más?
Me parece que muestra que los espacios no se han cerrado para nada, y que podemos todavía fomentar el amor por el lenguaje, del que están hechas todas y cada una de nuestras ideas.

¿Fue bien recibido el cuento?
Al menos no fue como actuar en una X. Se rieron un poco, se perdieron, se aburrieron.

Dicen que tu compañera Ivette Martí leyó unos poemas muy buenos.
También fue interesante que no la hayan aplaudido en algunos momentos, como pensando que el conjunto de todos los poemas fueran una sola pieza.

¿Alguna novedad para esta semana que comienza?
Creo que continúan las charlas sobre investigaciones docentes, crítica y teoría literarias. Estudios Hispánicos también continúa sus visitas a las escuelas, para participar de charlas literarias con estudiantes de High, y promover sus cursos.

Dicen que también piensas irte de gira con el “próximo-a-ser-doctor” Freddy Acevedo.
Eso es más bien una idea refrescante o wishfull thinking que no sé si llegue a alguna parte.

Los que llegaron a otra parte fuimos nosotros, que empezamos hablando de la Madre y vaya vuelta que hemos dado.
La aprovecho para anunciar lo que viene. Quiero hacerle una entrevista a Damián y otra a Alex, a ver si puedo salvar al género entrevista.

Buena suerte.
Nos vemos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Homenaje a las estrellas

* (Astro primero) Es importante saber lo poco que importa lo que hacemos frente al mundo, y lo que hace el mundo frente a las altas esferas, y lo que hacen las altas esferas frente a la gente, que a fin de cuentas no sabe comer sopas sin dejar de mirar hacia la cuenta. (Segundo lucero) Es importante no perder como hemos hecho la cuenta de las estrellas. (Estrellita) Aunque la gente viva de noche en los sueños. (Estrell**a) Muchos de los cuales no se cumplen o se cumplen chapuceros. (Resplandor postrero)

Eyra Agüero Joubert

Eyra Agüero tuvo de nacimiento el enorme regalo de una patria dual. Puerto Rico la vio nacer, pero la República Dominicana le donó la sangre de sus padres. Así, hija de inmigrantes, tuvo en Puerto Rico su cuna, en Santo Domingo su familia extendida, y en el resto de Latinoamérica, una inconmensurable patria que lo mismo le contaba tradiciones folklóricas en español, que le cantaba nanas en portugués-brasileño. Entre contar y cantar trabaja Eyra, haciendo de la risa un arte (el reconfortante arte de la amabilidad), y de la voz una herramienta, o mejor, un disfraz, un elegante disfraz tras el cual esconderse, dejando solo al descubierto la hilaridad o el dramatismo de los personajes cómicos o trágicos que le toque interpretar. Pero antes de hablar de la actriz que hizo el número 5 en la lista de las 10 comediantes femeninas más queridas por el público puertorriqueño, según ha reseñado el periódico Primera Hora hace exactamente dos meses y nueve días (jueves 16 de abril

El símbolo literario: Prejuicios, alcances y promesas…

  Comencemos por el trago amargo de los prejuicios que la mayoría de los ciudadanos contemporáneos (escindidos entre una fe de oídas y un racionalismo hecho de ojeadas al noticiero) posee respecto al símbolo. Las asociaciones negativas, connotaciones o prejuicios que encontramos diariamente en menoscabo del símbolo me parece que en principio se reducen a los siguientes tres, a saber: 1. “Toda metáfora es un símbolo” (o viceversa); 2. “Toda obra simboliza --o metaforiza—algo”; 3. Finalmente (y a contrapelo de los dos primeros): “Nunca el símbolo es el resultado intencional del autor”. La confusión entre metáfora y símbolo ocurre tanto dentro como fuera del ámbito literario, aun cuando para la mayoría de las personas (o, si se quiere: para la mayoría de los “no lectores”), lo metafórico equivale decididamente a lo no literal. Aun así, nadie suele llamar metafórico a un acto como el de vestirse con túnica y birrete de cartón para proclamar públicamente que ha completado una s