Esos como yo que pierden tiempo viendo noticieros televisivos (inferiores por mucho a los radiales) habrán oído lo siguiente: “Estudios científicos realizados en Londres evidencian que reír es beneficioso para la salud, puesto que retarda la acumulación de toxinas asociadas con el envejecimiento…” La ciencia también ha probado (pero no con la lengua) que tanto el sexo, como el vino dosificado y el ejercicio son beneficiosos para el cuerpo (aunque no sabemos si para el alma). Yo pregunto: ¿Por qué se le reconoce a la ciencia ese tipo de corroboración actual de lo que todo humano sabe desde (casi) siempre, y no se le reconoce al Arte? O sea: ¿por qué se le hace más caso a la ciencia que a ésta? El hecho de que los filósofos no hayan alcanzado nunca el prestigio del científico (a los ojos del pueblo), en los últimos doscientos años, y el hecho de que para ese mismo pueblo, el escritor hoy día sea poco menos que un bufón, acaso tuvieron su explicación social. Pero hoy deben procurar perder
Vigilia callada bajo sueño apalabrado.