Lunes, después del domingo primero de mayo. Adjuntas, Puerto Rico
Hoy solo se puede hablar de una cosa, y no es de Osama. Porque fueron miles, como en la cifra de Aureliano Buendía. Solo que su cifra era una nómina de muertos, y la mía, una de vivos. Eso sí, amenazados de muerte por el gasoducto. ¿“Muerte”? Morirán los árboles y las quebradas. Solo alguien que no los entienda, a sus hermanos vegetales, puede hablar de gasoducto.
“Vía verde”
“No te dejes llevar por lo que unos pocos dicen; apoya el gasoducto”, escuché esta mañana en la prensa radial. ¿La voz que dictaba la orden?: la de una zorra. La de una zorra equivocada, porque eran miles ayer. Eso significa: viejos, chamacos, jóvenes, adultos, maduros y maduras y verdes. Pero no los que se pintan de “vía verde”. Se trata de la clorofila. Y de mis suegros, que estuvieron allí; y de Luis Gutiérrez, que no se queda en los blichers del Congreso (como Tomy), y que estuvo allí; y de Don Alexis Massol, nuestro único Nobel (en Ecología), que convocó a los presentes, y que celebró en grande allí. Se trata de los independistas y las monjas que estuvieron allí presentes junto a los poetas y artistas e historiadores. Los únicos que no estaban allí apenas saben descifrar el perfume rabioso que lleva y trae el aire de esta isla. Perfume a presencia viva, a clorofila.
Don Alexis
Dice este canoso duende: “Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar qué es lo que se piensa.” Si usted quiere conocerlo, vaya a Casa Pueblo. Mire qué fácil. Más fácil que saber quién es el actual gobernador de Puerto Rico. Dicen que está loco. Pero eso lo dicen Marcos Rodríguez Emma y Tomas Rivera Schatz. Lo importante no es escuchar al gobierno, diría yo, sino averiguar qué se puede hacer a pesar de él. (Lea una entrevista a Don Alexis en: http://depuertoricopalmundo.blogspot.com/ )
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