Ir al contenido principal

Examen de Grado


Hoja Labra aparece otra vez. Había sido vencida por Instagram. Pero aquí estamos porque me acaban de dar la “nota” del Examen de Grado: Sobresaliente.

Fueron 10 preguntas las que me entregaron a principios de semestre. En dos meses me tuve que preparar para contestar lo siguiente (las publico aquí porque las preguntas son públicas: una vez pasado el examen, cualquiera puede ir a la Escuela Graduada a pedirlas):

1. ¿Cómo reescribe Sor Juana el mito de Narciso?
2. ¿Cómo se explica la mezcla de tópicos grecolatinos con preocupaciones novo-mundistas en La Araucana?
3. ¿Cuáles son las modulaciones que se evidencian respecto al cuento, en las obras de Cortázar y Quiroga?
4. ¿Qué papel juega la naturaleza en la obra de Andrés Bello y José María Heredia?
5. ¿Cuál fue la importancia de Sur, a la hora de difundir la vanguardia hispanoamericana?
6. ¿Cómo elabora Roberto Arlt la técnica del teatro dentro del teatro?
7. ¿Cuál es la relevancia que tiene la obra de José Asunción Silva para el modernismo?
8. ¿Qué es y cómo se manifiesta el neo-barroco en la obra literaria de dos autores hispanoamericanos?
9. ¿Cómo interpretan Fuentes y Donoso el modo novedoso de novelar del llamado Boom?
10. ¿Cómo se explica la significación de la ensayística de Rodó, a partir de dos de sus libros más importantes?

El día del examen, el Comité Graduado escogió 3 de esas preguntas y nos dio el “break” a los estudiantes (yo y 2 damas más) de escoger una cuarta pregunta, para contestarlas todas de manera “presencial” (4 preguntas en cuatro horas!) y una quinta, para contestarla en 2 semanas a manera de ensayo monográfico.

Sería bueno publicar aquí mis respuestas, si no pareciera pedantería pura el hacerlo. Por lo pronto diré que el ejercicio de contestar todas esas preguntas (sí: todas, aunque confieso que con la de Sur…) fue sumamente inspirador, pues me di cuenta de que teóricamente servía para siempre exigirse tal cantidad de lecturas en tal espacio de tiempo. Yo no he seguido leyendo con tanta disciplina, después del examen, pero ya me aplicaré al rigor de las horas, porque me espera en agosto la tesis, que exige igual o (seguramente) mayor cantidad de lecturas.

Acaso redacte en un solo ensayo, una exposición que hilvane la obra de todos esos autores de manera coherente, como lo han hecho ya con devoción la profesora Jean Franco y tantos otros, muchos de los cuales (José Miguel Oviedo a la cabeza) me ayudaron a salir bien en mi gran prueba.

Tal vez pudiera decir cuál es la pregunta que menos me agrada de esas diez (o la que me parece de más difícil respuesta: la de Sur…), pero no logro dar con mi favorita: si bien es cierto que me divertí mucho tratando de seguir a Lezama Lima (y admirando al maestro Carpentier), cuando me puse a escribir del neo-barroco, también lo es que pude ver con una óptica desprejuiciada el trabajo de Arlt, e incluso, lo que para mí fue una sorpresa, la ensayística de un dinosaurio disecado como José Enrique Rodó.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Eyra Agüero Joubert

Eyra Agüero tuvo de nacimiento el enorme regalo de una patria dual. Puerto Rico la vio nacer, pero la República Dominicana le donó la sangre de sus padres. Así, hija de inmigrantes, tuvo en Puerto Rico su cuna, en Santo Domingo su familia extendida, y en el resto de Latinoamérica, una inconmensurable patria que lo mismo le contaba tradiciones folklóricas en español, que le cantaba nanas en portugués-brasileño. Entre contar y cantar trabaja Eyra, haciendo de la risa un arte (el reconfortante arte de la amabilidad), y de la voz una herramienta, o mejor, un disfraz, un elegante disfraz tras el cual esconderse, dejando solo al descubierto la hilaridad o el dramatismo de los personajes cómicos o trágicos que le toque interpretar. Pero antes de hablar de la actriz que hizo el número 5 en la lista de las 10 comediantes femeninas más queridas por el público puertorriqueño, según ha reseñado el periódico Primera Hora hace exactamente dos meses y nueve días (jueves 16 de abril

El e-mail

"Mami: Esta mañana te deposité unos chavitos en la cuenta, pa’ que veas que acá sí se puede trabajar y ganar bueno sin tener que estudiar tanto. Cómprate ropa o ponte los dientes que te partió Papi, pero no le des chavos, que tú sabes en qué se los va a gastar. Después te envío más. Estoy con prisa, te dejo. Tqm. Jay" Luego de enviar el e-mail , se quitó los guantes y la capucha, y los lanzó apresurado al interior del vehículo. Cuando terminó de rociar con carburante el auto, acomodó la laptop entre las manos de su dueño, que yacía silencioso y morado en el asiento trasero. Encendió la triste mecha. Y se marchó de inmediato, iluminado. (Cuento con el que concursé en el Certamen Mundial de Cuento Corto. Este año hubo 239 concursantes. Fui la undécima persona, de las 30 que pudieron leer su texto.)

Don José Antonio Torres Pérez, maestro de todos nosotros

  El 1 de enero de 1924 nació justo en la frontera entre la calurosa ciudad señorial de Ponce y el fr í o municipio de Adjuntas un hombre que llevaría precisamente la templanza como actitud constante ante las circunstancias diversas de la vida, José Antonio Torres Pérez. Estudiante, joven soldado, trabajador social, luego empresario diletante y siempre un egregio director escolar, Míster Torres — como mayoritariamente le llaman los adjunte ñ os —, pasó toda su corta pero intensa juventud entre las sombras y claros de la carretera 123, que él caminaba cinco veces a la semana, de la casa a la escuela y viceversa, con el entusiasmo de un atleta y la sabiduría de un pequeño sabio. Su lugar favorito era esa escuela. Allí, lo mismo que en el barrio Guaraguao donde se crio, le llamaban Toñito. Entre amigos, maestras y libros, cimentó su educación en conocimientos que aún le sirven de guía, pues no estuvieron nunca dirigidos a la simple acumulación de datos, sino a la aplicación directa en