Ir al contenido principal

El maestro Pineda



Enrique Pineda: Maestro cineasta cubano, Premio Nacional de Cine (por su trayectoria), tiene a su haber varios largometrajes (el mas famoso: La bella del Alhambra; pero tambien: el filme comercial Angelito Mio; Giselle, con Alicia Alonso; Aquella larga noche, etc.)e innumeros "cortos". También fue Premio Nacional de Literatura (Cuba, 1953) por Los siete cuentos para antes de un suicidio; y, a decir verdad, esos son los reconocimientos que recuerdo, de una lista larguísima y envidiable (sufre Jacobo!). Para nosotros, burguesitos desmemoriados, nos es fácil apreciar su trayectoria si vamos a granma.cu/espanol/2006/ y leemos la breve resena sobre este artista siempre-joven. Esa dirección es la ultima de las primeras diez entradas que aparecen cuando tecleamos en Google su nombre. Juzgue el lector.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

La razon comprometida

David Rodriguez , filosofo, no usa drogas a pesar de que lleva un lustro viviendo en Nueva York. Ahí se doctora, haciendo una revaloracion de la epistemología (filosofía del conocimiento) desde una perspectiva del lenguaje. Digo, eso creo haber sacado en claro de nuestra ultima conversación...

En torno a la historia de Patillas.

Breve reseña de: Nieves Rivera, Jorge. Agricultura, Rebelión y Devoción. Tres microhistorias del sureste de Puerto Rico . San Juan: Editorial Akelarre, 2015. La región sureste de Puerto Rico no solo cautiva nuestros sentidos cotidianos, gracias a su diversidad ecológica viva y radiante, sino que es una zona rica en historia que como toda zona histórica, se transfigura en territorio ejemplar. Las pugnas finiseculares entre el llano y la montaña, entre incondicionales y liberales, entre hacendados y peones, quedan retratadas de manera sencilla, imparcial y humana, en este maravilloso trabajo de investigación histórica. Trabajo sucinto, como el pueblo de Arroyo, y profundo, como las impresionantes fayas de la Sierra de Cayey. La huella del pasado aparece de repente entre cafetales: una clave toponímica, unas ruinas sepultadas en la hierba o un puñado de entrevistas fundamentales con esos admirables sobrevivientes del pasado que son nuestros viejos (al decir de Carlos Monsiváis)...