Ir al contenido principal

El Congo, el porno

El porno esta tan cerquita de nosotros (como dice E. La Torre), que en algun momento nos vamos a topar con el. En realidad: todo esta cerca. Hasta el Congo. Pero yo estoy hablando del porno, no del violaciones y sexuales a las ninas. De todos modos: Son las "artistas pornos" abusadas? Si: algunas. Eso lo ha dejado claro Jenna Jamenson en su libro. (Yo lei la contraportada solamente.) Ella, que tanto se ha dedicado a ese "mercado".

Oh si, el porno es un mercado enorme. Claro: no cualquiera coje por el culo frente a todos. El porno es vulgar, y sin embargo, influyente. Me llama la atencion que sea tan legal. Yo no he ido alli, pero supongo que en los centros donde se produce, hay todo un sistema en derredor: algo asi como trabajar uno de secretario en una oficina, dirigida por jefes correctos (propers) y todo, que te reganan si llegas tarde al trabajo, y que ese trabajo precisamente es: hacer peliculas, contratar actrices, distribuir las peliculas, filmarlas, mercadearlas.

Que pensaria yo, que tanto quiero a Carmen Haddys, mi donya, si tuviera una actriz porno de vecina? Que dirian mis pequenas amiguitas si llegaran a saberlo? Saben que existe el porno, en el Congo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

La razon comprometida

David Rodriguez , filosofo, no usa drogas a pesar de que lleva un lustro viviendo en Nueva York. Ahí se doctora, haciendo una revaloracion de la epistemología (filosofía del conocimiento) desde una perspectiva del lenguaje. Digo, eso creo haber sacado en claro de nuestra ultima conversación...

En torno a la historia de Patillas.

Breve reseña de: Nieves Rivera, Jorge. Agricultura, Rebelión y Devoción. Tres microhistorias del sureste de Puerto Rico . San Juan: Editorial Akelarre, 2015. La región sureste de Puerto Rico no solo cautiva nuestros sentidos cotidianos, gracias a su diversidad ecológica viva y radiante, sino que es una zona rica en historia que como toda zona histórica, se transfigura en territorio ejemplar. Las pugnas finiseculares entre el llano y la montaña, entre incondicionales y liberales, entre hacendados y peones, quedan retratadas de manera sencilla, imparcial y humana, en este maravilloso trabajo de investigación histórica. Trabajo sucinto, como el pueblo de Arroyo, y profundo, como las impresionantes fayas de la Sierra de Cayey. La huella del pasado aparece de repente entre cafetales: una clave toponímica, unas ruinas sepultadas en la hierba o un puñado de entrevistas fundamentales con esos admirables sobrevivientes del pasado que son nuestros viejos (al decir de Carlos Monsiváis)...