Ir al contenido principal

Preguntas (y respuestas) de última hora

A (o “de”) Dabi

1. ¿Qué fue eso, hermano: 1989? Ese año tocamos frente a la gente.
2. Hoy que es casi un número nuevo, ¿me podr*ás dejar un comentario en este blog?
3. ¿Te crees que no sé que estas de camino a Puerto Rico, tal vez por Manhhatan, tal vez ya en los alrededores del John F. Kennedy? Por eso te lo digo, para ver si aun así, ahora (a-esta-precisa-hora) puedes comunicarte conmigo.
4. Y ya que vienes para pe ere: ¿vivirías en el campo? (Dicen que es malo para la filosofía.)
5. ¿Te esta*á malo que te hable, así como así, * por aquí? (Yo espero que no, porque eso sería aceptar que no conoces a Twitter.)

De la Luna

6. ¿Es verdad que mañana, 31 de diciembre, va a haber un eclipse?
7. ¿Soy yo o este año estuvo, de verdad, asteroide?
8. ¿Habrá alguna manera de describir la emoción que sentiré mañana al contemplar el eclipse, si es que lo contemplo, hoy?
9. ¿Habrá espacio aquí para un poema, de última hora, a ti (mezcla de Verne y Sabines, para colmo)?
10. (¿”Mi sangre es una flor que se asfixia, cuando la luna llega”?)
11. (¿Cuando “llena”?)

De la Isla

12. Hoy, miércoles 30 de diciembre, Rivera Schatz a una reportera: “¿Eso te lastima?” (En serio.)
13. ¿Soy yo, o esta mañana abuchearon al Secretario de Estado, Honorable McKlinton?
14. (No voy a preguntar por qué comparó la Sra. Montero a los delincuentes y el punto con un hormiguero, y no con un asteroide. Sabemos la respuesta.)
15. Ramón Enrique Torres se ríe cuando da las noticias. ¿No es así, Cid?

A ti

16. ¿Me creerás si te digo que a veces ** miento?
17. Este año nos impactará un meteoro, ¿lo sabías?
18. Tras la exoneración de Anibal (este año), ¿te declaraste inocente o culpable?
19. Tras la exoneración de Anibal (este año), ¿te declar**ó* inocente o culpable?
20. El asterisco como signo ** refiere a aquel*** caso* en que este permita que la* palabra* sea* leída* (uno) en su carácter convencional: sin ser afectado por la estrella; o bien (dos) en su carácter poético, de representación estética. Lo que equivale a decir que esa* estrellita* que ve*s en una palabra, va* a ser tanto un adorno, como la falta de un signo. (Pero eso ya se dijo, ¿verdad?)

En fin, que los chinos ya celebraron (¿?)(¿?)(¿?)(¿?)(¿?)(¿?)(¿?)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

Freddy Acevedo Molina, "Teatro Vulgar" y casi todos los orgasmos que usted quiera

1.       Freddy Acevedo representa en su teatro lo que él quiere ; no lo que el público quiere, ni muchísimo menos, lo que el crítico quiere. Su teatro es modelo ejemplar de libertad; de voluntad domesticada a fuerza de imágenes requete-entramadas coherentemente, unas sobre otras.   2.       Su teatro es una especie de espontaneidad pensada.   3.       Y de la libertad con que lo escribe es que saca Freddy la alegría para (re)presentarnos en escena sus largas, flacas y peludas extremidades.      4.       Cuatro obras componen Teatro Vulgar : “Las sombras desenchufan”, “Cráneo azul in the Yellow House”, "Clue" y "El sex tape de Milo y Olivia".   5.       Se trata (el libro) de una auto-publicación facilitada por la compañía-editorial Trafford Publishing, que ha tirado en este caso un libro de esos blanditos, que se pu...

Lourdes Torres Camacho, In memoriam

L.T.C., febrero 1954- abril 2010 Ha muerto Lourdes Torres Camacho. Muere como amiga, hija, mujer trabajadora. A los 56 años. Muere con pocas cosas valiosas, aunque más que suficientes para una humildad tan sobria como la suya. “Humildad sobria” digo, a pesar de que ella fue consumida por una rabia que podríamos catalogar de extraordinaria. “La rabia de días y flores”, como dice la canción famosa, a pesar de que ella no aspiraba ni a la explosión ni a la fama, ni al empujón ni al dinero, sino, mire usted qué sencillo, a la vida. Nadie quería vivir tanto como ella, que se moría con orgullo, resistiendo las ganas de insultar a la muerte de frente, con un grito de locura o un beso en el centro de la sangre, de repente. No tenía miedo. Como dije, solo rabiaba por vivir, pero se murió. Yo no pude despedirme de ella como quería, aunque creo que siempre le dejé saber que la respetaba. El martes, cuando estuve con ella a solas, en su habitación de hospital, supe también que era hermosa. Pienso...