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Un tal diciembre

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Un mes tal de fiesta. Treinta días de celebraciones tales, muchas de ellas, imposibles de definir. Hay celebraciones imposibles de definir, como beber solo, recibir una visita en la cárcel o faltar al trabajo por haber estado ------------ la noche antes, que es lo que me ha acabado de pasar a mí, que he ido de la suerte de los astros a la propia…

El otro secreto
Yo no he leído El Secreto, de Rohnda Byrne. Pero sé que allí se dice que cuando uno le pierde el afecto a un trabajo, el “ambiente laboral”, como si fuese una persona, se entera al acto y se enoja y va donde la jefa y le dice que uno está como cambiado, más lento, sin ganas, etcétera, etcétera, hasta que terminan por botarlo a uno por culpa de esas sillas y mesas y pasillos que le confesaron todo al supervisor…

La pareja
Más o menos pasa lo mismo con la pareja, solo que la pareja no se encona tan pronto y puede soportar muchas cosas. No es como los escritorios de oficina: duros y tercos, secos y resentidos.

Navidades en su punto
Pero bueno, todo ya es festividad y alegría de vivir. La gente está alegre más que nunca, por lo que no conviene preguntar... En todo caso, prometer. Así que aquí va mi promesa: la próxima entrada será sobre Doña Alegría y su prima, la majestuosa Felicidad. A su salud!!!

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