Ir al contenido principal

Machote

Stand up comedy "a cantos"
Rated X

Una vez cuando era chiquito me pinché el zipper del pantalón.
Recuerdo que dolía con cojones.

Mi vecina me sigue cayendo mal porque ** sigue como siempre gritando
de embuste.

Me metí a Facebook y empecé a chatear con una ex mía.
No se acordaba de nada, y era cómico porque en una empezó a hablarme a mí de mí mismo,
y era como si yo me estuviera enterando de lo que hice, pero en tercera persona.
(Por ejemplo: "El habia tomado de mi, ya dos veces.")

Un baño público debería ser la medida para saber si uno está haciendo las cosas bien
o si va mal.
En lo que sea.
Inclusive en estar meando:
“Ok, estoy meando en un baño público, qué carajos me pasa?”

Estaba en casa tratando de estudiar.
En ese orden.

La rapidez del Internet: uno puede escribirle un mensaje a un amigo, mientras baja canciones de Sade la de soomth operator, y tiene en la pantalla una segunda página con el periódico y los titulares del día, de un periódico de, que se yo, Turquía. Que queda en el norte de África. (Noroeste.) (Central.) (Creo.)


La Internet es como todo, que es bueno y malo.
Hay días buenos, hay días malos. Comidas buenas, comidas malas.
Insultos, botás de trabajo, cagás de madre, galletas y malos ratos, buenos y malos.

Las mujeres odian a los hombres pero no se conforman con un huevo que sea todo clara.
Sin yema.

Los hombres (por su parte) cogen todo en doble sentido.
(Ya, de hecho, dije mucho.)

Uno dice “Voy a la playa”, por ejemplo... Y sale otro y pregunta: A ligar?"
De hecho, ¿tienen idea de las veces que me masturbé con la frase: “Ya sé lo que quiere Camacho”?

Claro que esa frase la decía la maestra de español

que estaba en bikini.
Dando clase.
En un video de Van Halen de estilo neo-realista.

De otra parte, cuando vi el video de la loba por poco me meo encima

debido a causas imprevistas.

El de Shakira no, a quien admiro... :-)

El de Alana Foxx.
Quien fuera en vida una estrella famosa
del cine porno
que hizo reír a mucha gente
masculina.
Guarde Dios su alma placentera.

Una vez le leí un poema a mi novia de (la clase de) español
y mi novia de (la clase de) español me dejó
porque el poema no había sido escrito por mí
y yo tenía otras intenciones al leerlo, que no estaban contenidas en el poema
“de marras”.

Así que mi novia de español me dejó y yo me fui corriendo a los brazos de mi novia de (la clase de) inglés que era la misma.

Y le dije: “Lo siento. Mis intenciones siempre han sido las mejores. Aun cuando mis acciones las contradigan, a través de mis hechos. O mis hechos se contradigan entre sí. Y peleen, y le hagan la guerra al mismo tiempo a mis intenciones, que son las primeras que cuentan sobre todo, ¿verdad?”

Y yo contento porque jamás en mi vida me había expresado tan bien sobre algo. Nunca. Ni siquiera cuando le expliqué a mami por qué fumar marihuana era técnicamente algo ilegal, pero socio-morfo-lúdicamente hablando, completamente util y necesario. Y por lo mismo, legal. Que a fin de cuentas, es lo primero que cuenta sobre todo. (Creo...)

Comentarios

Jorge Luis Rodriguez Ruiz: ha dicho que…
Me dijo Fredy Acevedo cuando lo leyo: "Pudiste hablar mucho mas malo." El caso es que le ha gustado a mucha gente...

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

La razon comprometida

David Rodriguez , filosofo, no usa drogas a pesar de que lleva un lustro viviendo en Nueva York. Ahí se doctora, haciendo una revaloracion de la epistemología (filosofía del conocimiento) desde una perspectiva del lenguaje. Digo, eso creo haber sacado en claro de nuestra ultima conversación...

En torno a la historia de Patillas.

Breve reseña de: Nieves Rivera, Jorge. Agricultura, Rebelión y Devoción. Tres microhistorias del sureste de Puerto Rico . San Juan: Editorial Akelarre, 2015. La región sureste de Puerto Rico no solo cautiva nuestros sentidos cotidianos, gracias a su diversidad ecológica viva y radiante, sino que es una zona rica en historia que como toda zona histórica, se transfigura en territorio ejemplar. Las pugnas finiseculares entre el llano y la montaña, entre incondicionales y liberales, entre hacendados y peones, quedan retratadas de manera sencilla, imparcial y humana, en este maravilloso trabajo de investigación histórica. Trabajo sucinto, como el pueblo de Arroyo, y profundo, como las impresionantes fayas de la Sierra de Cayey. La huella del pasado aparece de repente entre cafetales: una clave toponímica, unas ruinas sepultadas en la hierba o un puñado de entrevistas fundamentales con esos admirables sobrevivientes del pasado que son nuestros viejos (al decir de Carlos Monsiváis)...