Ir al contenido principal

34

Ya tuve que ir obligado a misa, ya toqué en el piano "Para Elisa", ya aprendí a falsear mi sonrisa, ya caminé por la cornisa. Ya cambié de lugar mi cama, ya hice comedia, ya hice drama, fui concreto y me fui por las ramas, ya me hice el bueno y tuve mala fama. Ya fui ético, y fui errático, ya fui escéptico y fui fanático, ya fui abúlico, fui metódico, ya fui impúdico y fui caótico.

Ya leí Arthur Conan Doyle, ya me pasé de nafta a gas oil. Ya leí a Bretón y a Moliere, ya dormí en colchon y en somier. Ya me cambié el pelo de color, ya estuve en contra y estuve a favor; lo que me daba placer ahora me da dolor, ya estuve al otro lado del mostrador.

Y oigo una voz que dice sin razón: "Vos siempre cambiando, ya no cambiás más", y yo estoy cada vez más igual. Ya no sé que hacer conmigo.

Ya me ahogué en un vaso de agua, ya planté café en Nicaragua; ya me fui a probar suerte a USA, ya jugué a la ruleta rusa. Ya creí en los marcianos, y fui ovo lacto vegetariano. Sano, fui quieto y fui gitano, ya estuve tranqui y estuve hasta las manos. Hice el curso de mitología pero los dioses de mi se reían; orfebrería la salvé raspando, y ritmología aquí la estoy aplicando. Ya probé, ya fumé, ya tomé, ya dejé, ya firmé, ya viajé, ya pagé. Ya sufrí, ya eludí, ya huí, ya asumí, ya me fui, ya volví, ya fingí, ya mentí. Y entre tantas falsedades, muchas de mis mentiras ya son verdades. Hice fácil adversidades, ya compliqué en las nimiedades.

Y oigo una voz que dice sin razón "Vos siempre cambiando, ya no cambiás más" y yo estoy cada vez más igual Ya no sé que hacer conmigo.

Ya me hice un lifting, me puse un piercing; fui a ver al Dream Team y no hubo feeling; me tatué al Che en una nalga,arriba de mami para que no se salga. Ya me reí y me importó un bledo de cosas y gente que ahora me dan miedo. Ayuné por causas al pedo, ya me empaché con pollo al spiedo. Ya fui al psicólogo, fui al teólogo, fui al astrólogo, fui al enólogo; ya fui alcohólico y fui lambeta, ya fui anónimo y ya hice dieta. Ya lancé piedras y escupitajos, al lugar donde ahora trabajo; y mi legajo cuenta a destajo, que me porté bien y que ya armé relajo.

Y oigo una voz que dice sin razón "Vos siempre cambiando, ya no cambiás más" y yo estoy cada vez más igual. Ya no sé que hacer conmigo.

Comentarios

Jorge Luis Rodriguez Ruiz: ha dicho que…
Hoy me regalo la letra de esa cancion, llamada "Ya no se que hacer conmigo", escrita por "El cuarteto de nos". Chiveddiamo, fratelli..:-)
Jorge Luis Rodriguez Ruiz: ha dicho que…
Y bueno, vean el video de esta cancion!!:

http://www.youtube.com/watch?v=y9LlnLTH87U

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

Freddy Acevedo Molina, "Teatro Vulgar" y casi todos los orgasmos que usted quiera

1.       Freddy Acevedo representa en su teatro lo que él quiere ; no lo que el público quiere, ni muchísimo menos, lo que el crítico quiere. Su teatro es modelo ejemplar de libertad; de voluntad domesticada a fuerza de imágenes requete-entramadas coherentemente, unas sobre otras.   2.       Su teatro es una especie de espontaneidad pensada.   3.       Y de la libertad con que lo escribe es que saca Freddy la alegría para (re)presentarnos en escena sus largas, flacas y peludas extremidades.      4.       Cuatro obras componen Teatro Vulgar : “Las sombras desenchufan”, “Cráneo azul in the Yellow House”, "Clue" y "El sex tape de Milo y Olivia".   5.       Se trata (el libro) de una auto-publicación facilitada por la compañía-editorial Trafford Publishing, que ha tirado en este caso un libro de esos blanditos, que se pu...

Lourdes Torres Camacho, In memoriam

L.T.C., febrero 1954- abril 2010 Ha muerto Lourdes Torres Camacho. Muere como amiga, hija, mujer trabajadora. A los 56 años. Muere con pocas cosas valiosas, aunque más que suficientes para una humildad tan sobria como la suya. “Humildad sobria” digo, a pesar de que ella fue consumida por una rabia que podríamos catalogar de extraordinaria. “La rabia de días y flores”, como dice la canción famosa, a pesar de que ella no aspiraba ni a la explosión ni a la fama, ni al empujón ni al dinero, sino, mire usted qué sencillo, a la vida. Nadie quería vivir tanto como ella, que se moría con orgullo, resistiendo las ganas de insultar a la muerte de frente, con un grito de locura o un beso en el centro de la sangre, de repente. No tenía miedo. Como dije, solo rabiaba por vivir, pero se murió. Yo no pude despedirme de ella como quería, aunque creo que siempre le dejé saber que la respetaba. El martes, cuando estuve con ella a solas, en su habitación de hospital, supe también que era hermosa. Pienso...