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Entre amistades y juegos

Debería comenzar hablando de ellos, los Centroamericanos, pues comienzan hoy en ese famoso tiempo-espacio denominado “Mayagüez 20-10” (veinte, diez), que imita la manera que tienen en el Norte de fijar las fechas (“nueve, once” como la más notoria). Debería, dije, pero no lo voy a hacer. Primero hablaré de

Los amigos

  1. Uno me escribió por correo electrónico: “Creo que no tengo par”, refiriéndose a las muchas lecturas que tiene a su haber (Eco, Derrida and the rest). Se trata del mismo que una semana antes me dijo que el sujeto de “A ellos les gusta la maestra” es “a ellos”. ¡Qué gorrión!
  2. Otro me llamó para decirme que hizo una canción nueva, que va a tocar en un municipio, que ha estado enfermo y luego de eso haciendo muchas cosas. Se trata del mismo que cuando acabó su autobiografía ilocutiva, me dijo “Qué bueno escucharte otra vez” y colgó.
  3. A Fredy Acevedo, amigo amado, me lo encontré hace poco y le pregunté por la entrada sobre los panties que está aquí abajo. Pensé que no le había gustado porque ni siquiera por correo electrónico me había comentado nada. Cuando vio que yo insistía en pedirle su opinión me dijo, serio como nunca: “Pero es que ese ensayito tiene toda la razón.”
  4. Alex siempre tiene algo que hacer, aunque saca (también siempre) tiempo para verme. Cuando no lo hace es que está con su amiga británica haciendo yoga en Cayey, o con sus amigos de California sembrando papayas en su finca de Patillas, o dando exámenes en el recinto de Hato Rey de John Dewey College, o con los yoghis del Viejo San Juan, o en un evento de plena…
  5. Mi mejor amiga tiene once años y se llama Kiara. Mi mejor amigo es Bao, de tres.

Ahora sí, volvamos a Mayagüez. Lo que más me ha llamado la atención al respecto es la politización que ha sufrido el evento. Aunque esto no es de extrañar en un gobierno tan dogmático como el actual, cuyo Secretario de Recreación y Deportes detenta el puesto como segunda opción, habiendo sido la primera para él, correr para Comisionado Residente.

La voz oficial no habla de los equipos (no dice: “Ganaremos en judo y obtendremos seguramente plata en atletismo”). La voz oficial lo que ha hecho, al menos en esta semana crucial, ha sido censurar la posibilidad de que haya marchas de protesta durante la inauguración de los Juegos. Esa voz oficial se riega como dogma entre los estadistas más conservadores (que son muchos). Los puertorriqueños, sabios como nadie, han encontrado el punto medio en el conflicto: van a ir a los eventos sin pancartas, pero cuando aparezca Fortuño le van a abuchear.

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