Por el chino estadista: Yo Su Miso
Pido un aplauso para los policías que ayer golpearon a los ciudadanos que trataron de sentarse en el vestíbulo del Capitolio de forma dizque pasiva, para simbolizar algo que no sabemos bien qué hubiese podido querer significar.
Son ejemplo de disciplina esos policías. Obedecieron órdenes que cumplieron con esmero, empeño e incluso valentía. (No es fácil golpear a una mujer sentada que luego te lanza ofendida un papel sucio en la cara.) El Superintendente de la Uniformada,José Figueroa Sancha, asumió la autoría de los hechos. ¡Error! Fueron los policías los verdaderos autores del épico episodio de ayer. Gracias a ellos, hemos podido cruzar una vez más nuestras fronteras y proyectarnos en el amplio espejo histórico del Mundo. Gracias a ellos, Estados Unidos nos va a ver como un pueblo con un Gobierno fuerte y seguro, merecedor del respeto de cualquier otro país o nación.
¿Que Venezuela censura emisoras radiales? Pues aquí ya tenemos una veda a los periodistas, en la Casa de las Leyes. ¿Que la voz de los disidentes es reprimida en nuestra hermanastra Cuba? Pues ya en Puerto Rico hay héroes anónimos para acallar a los opositores al Gobierno. Una ley de vida, tan natural como la ley que reina en el mundo salvaje, es la siguiente: el Gobierno ordena y nosotros obedecemos.
El que quiera invertir ese orden es un iluso que no comprende el verdadero significado de votar en una elección. El pueblo vota para ceder su responsabilidad, para que otros breguen con los asuntos que pudieran afectarlo, ya que por su cuenta tiene muchos otros asuntos que cumplir. Si esos que han asumido la responsabilidad de resolver tales asuntos se equivocan, es simplemente porque, al igual que nosotros, son humanos. Incluso la llamada "corrupción", que pudiera contagiar a cualquiera, debe dejar de verse como algo exclusivamente negativo, pues si un legislador se vende a un empresario, lo hace pensando tanto en el bienestar suyo como en el de los demás (o al menos, en aquellos otros de los que él pueda acordarse, que no necesariamente tienen que ser unos pocos).
Pido un aplauso a gritos para los guardias estatales. Es una manera dura la que tienen para educar a las personas, pero es que de otra manera la gente no aprende. A pesar de nuestra fecha histórica (2010) nos comportamos como ciudadanos de otra era. En vez de seguir el ejemplo de esos pueblos que siguieron a sus líderes fielmente, y a su disposición pusieron manos y piernas (unas para ser magulladas; otras para trabajar), nos esmeramos en llevarles la contraria. Alejandro no hubiese sido “Magno” sin su pueblo, al que avasalló por la fuerza, sí, pero también por la determinación que poseía, la cual concebimos hoy como una virtud ejemplar. El amo es verdadero amo cuando oprime; y el pueblo, verdadero pueblo al obedecer y seguir… El hecho de que hayan sido unos cientos los que se manifestaron ayer contra nuestros queridos legisladores nos alerta sobre la proliferación de este tipo de ciudadanos ingratos e inconformes con lo que el Gobierno les da. Ninguno de ellos se ha preguntado qué pueden darle ellos al Gobierno, como exigía John F. Kennedy, quien fue un gran hombre sobre todo al convertirse en presidente de nuestra nación americana. Si cada día hay más gente que pide la independencia, vamos a aparecer muchos más para entregarles (quiéranlo o no) una dependencia permanente con los Estados Unidos.
El único y verdadero ganador de ayer fue el Gobierno, a través de su policía estatal. Se trató de una lección dura que evitará nuevas confrontaciones entre los ingratos inconformes y los que verdaderamente trabajan por los demás (aun cuando ese trabajo no beneficie a todos). ¡Lucha no, entrega sí!
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