INTRO
Si es cierto que una cosecha de vientos produce tempestades, entonces también lo es que la brisa (melodía del viento) crece y se hace vendaval musical. Eso lo demuestra OPUS I: banda que ayer reseñaba yo como hecha de blando talento juvenil, y que hoy escucho como si estuviera construida con sólida lucidez musical.
No voy a negar que a su disco “Siete” lo visitan y recorren influencias reconocibles de otras bandas (sobre todo, bandas que triunfaron en los ochenta y que ahora le piden a White Lion que se quite, como Toto, el chamán de Santana y, a lo mejor, Skapulario). Pero el hecho más evidente de este disco es que su música se parece a la de ellos mismos, por encima de la de cualquier otro grupo, y esto, señoras y señores, es sinónimo de lo que decía Cucubano: “Copiarse a sí mismo es la clave para ser original.”
CONTRAPUNTO
¡Wau! Casi me pongo como ellos, tan serios dentro de sus huesos tan jóvenes. Han crecido, y aunque siguen sonriendo porque acaban de estrenar una seriedad musical, ahora lo hacen a un ritmo más agitado, con acordes más concisos que, por momentos (como si de una verdadera carrera se tratara) desaceleran y se agotan, reflexionan y pausan: convierten la canción de rock en una loa dominical.
Tras esas pausas, sin embargo, el dinamismo del grupo decide nuevamente volver a marchar, entablando un diálogo principalmente entre géneros musicales: rock, reggae, baladas y algunos sub-géneros como la canción cristiana (que cae dentro de la balada moderna) y el funk de canciones como “No dejes de crecer” que tanto me recuerda a “Animal” (no, no la Def Leppard: ¡la de Toto!).
SOPLO, BRISA, VENDAVAL: TRAGICO INTERMEZZO
Al disco “Siete”, de Opus I, llegan unos protagonistas imprevistos, aunque acaso deseados: los vientos. Entran el saxofón y las trompetas “como Pedro por su casa”, alegrando el tempo de las composiciones o dándoles un graznido melancólico que hubiera hecho las delicias de cualquier poeta modernista.
Pero el disco tiene unas fuerzas, unos “vientos” desiguales, que soplan en direcciones contrarias: si por un lado está completamente logrado en términos de composición, por otro, se hace muy evidente el hecho de que al menos las voces no vuelan a la altura de lo esperado, pues los pocos o ningunos errores que cometen el bajo, la guitarra y demás instrumentos, se ven opacados desfavorablemente por algunas desarmonías de la cantante, a quien le faltan al menos, aprendizaje y coraje para calmar las expectativas que exigen las nueve canciones agrupadas en el disco.
“Mi sueño”, por ejemplo: canción que va colocada a medio disco y que de algún modo lo resume (igual a como sucedía en “Todo lo que era ya no es” con la canción numero cinco). Se trata de una canción asombrosamente dinámica, al punto de que nos recuerda clásicos portentosos como “Evil ways”, del pellotero de Santana. Pero la canción podría conmover a muchas más almas, además de la sensiblera alma mía, si fuese interpretada “por” o “con” una voz más madura, más conocedora de su registro, más segura. Este hecho, que estaba escondido a medias en discos previos, es ahora desnuda evidencia, sobre todo porque, como ya dije, los demás instrumentos alcanzaron la madurez musical que ella no logra. Esa voz es Blanca Nieves, pero no entre los siete enanitos, sino entre los siete gigantes.
TORMENTA PLATANERA O “PIANO FINALLE #1”
He sido honesto porque me ha fascinado honestamente esta banda. Si no lo hubiese hecho, no estuviese escribiendo hoy martes 12 de octubre sobre ellos (¡yo debería estar leyendo sobre las cosas de mi tesis!)
Estos músicos crecen, mueven sus acordes, respiran sus voces más allá de lo determinado por la edad: OPUS I es una banda decidida a crecer, no importan las trabas del destino, es decir, las de la edad. Si mañana amanecen bajos exitosos, saxos exquisitos y bateros de renombre (como Henry Cole, al que mucho conozco) no importa: la* banda* en que aparezcan será* la* mejor** de todas. Si cualquier sábado de estos, por ejemplo, nos enteramos que Reyes (el director de la banda) ha ganado un merecido premio como intérprete o compositor, no nos vamos a sorprender: todos vamos a aplaudir ese logro. De hecho, una de las cosas que más yo lamento es el anonimato en que residen Kaútica y Opus I, hasta ahora bandas desconocidas, mucho más que la poderosa Duel of Fate, Los huesos de Eva y tantas otras a las que opacan el mercantilismo, la mala fe y la payola local.
“FINALLE FINALLE” o “YA ME VOY”
Ni músico ni famoso he nacido. Escribo todo esto simplemente para:
1. Que consten.
2. Que no se desperdicie el talento(al contrario, que se conozca).
3. Que no sea todo vulgaridad (el Mundo sin música es asqueroso).
4. Que la juventud también cuente.
EL SILENCIO ESTA HECHO DE TODO LO DEMAS.
Si es cierto que una cosecha de vientos produce tempestades, entonces también lo es que la brisa (melodía del viento) crece y se hace vendaval musical. Eso lo demuestra OPUS I: banda que ayer reseñaba yo como hecha de blando talento juvenil, y que hoy escucho como si estuviera construida con sólida lucidez musical.
No voy a negar que a su disco “Siete” lo visitan y recorren influencias reconocibles de otras bandas (sobre todo, bandas que triunfaron en los ochenta y que ahora le piden a White Lion que se quite, como Toto, el chamán de Santana y, a lo mejor, Skapulario). Pero el hecho más evidente de este disco es que su música se parece a la de ellos mismos, por encima de la de cualquier otro grupo, y esto, señoras y señores, es sinónimo de lo que decía Cucubano: “Copiarse a sí mismo es la clave para ser original.”
CONTRAPUNTO
¡Wau! Casi me pongo como ellos, tan serios dentro de sus huesos tan jóvenes. Han crecido, y aunque siguen sonriendo porque acaban de estrenar una seriedad musical, ahora lo hacen a un ritmo más agitado, con acordes más concisos que, por momentos (como si de una verdadera carrera se tratara) desaceleran y se agotan, reflexionan y pausan: convierten la canción de rock en una loa dominical.
Tras esas pausas, sin embargo, el dinamismo del grupo decide nuevamente volver a marchar, entablando un diálogo principalmente entre géneros musicales: rock, reggae, baladas y algunos sub-géneros como la canción cristiana (que cae dentro de la balada moderna) y el funk de canciones como “No dejes de crecer” que tanto me recuerda a “Animal” (no, no la Def Leppard: ¡la de Toto!).
SOPLO, BRISA, VENDAVAL: TRAGICO INTERMEZZO
Al disco “Siete”, de Opus I, llegan unos protagonistas imprevistos, aunque acaso deseados: los vientos. Entran el saxofón y las trompetas “como Pedro por su casa”, alegrando el tempo de las composiciones o dándoles un graznido melancólico que hubiera hecho las delicias de cualquier poeta modernista.
Pero el disco tiene unas fuerzas, unos “vientos” desiguales, que soplan en direcciones contrarias: si por un lado está completamente logrado en términos de composición, por otro, se hace muy evidente el hecho de que al menos las voces no vuelan a la altura de lo esperado, pues los pocos o ningunos errores que cometen el bajo, la guitarra y demás instrumentos, se ven opacados desfavorablemente por algunas desarmonías de la cantante, a quien le faltan al menos, aprendizaje y coraje para calmar las expectativas que exigen las nueve canciones agrupadas en el disco.
“Mi sueño”, por ejemplo: canción que va colocada a medio disco y que de algún modo lo resume (igual a como sucedía en “Todo lo que era ya no es” con la canción numero cinco). Se trata de una canción asombrosamente dinámica, al punto de que nos recuerda clásicos portentosos como “Evil ways”, del pellotero de Santana. Pero la canción podría conmover a muchas más almas, además de la sensiblera alma mía, si fuese interpretada “por” o “con” una voz más madura, más conocedora de su registro, más segura. Este hecho, que estaba escondido a medias en discos previos, es ahora desnuda evidencia, sobre todo porque, como ya dije, los demás instrumentos alcanzaron la madurez musical que ella no logra. Esa voz es Blanca Nieves, pero no entre los siete enanitos, sino entre los siete gigantes.
TORMENTA PLATANERA O “PIANO FINALLE #1”
He sido honesto porque me ha fascinado honestamente esta banda. Si no lo hubiese hecho, no estuviese escribiendo hoy martes 12 de octubre sobre ellos (¡yo debería estar leyendo sobre las cosas de mi tesis!)
Estos músicos crecen, mueven sus acordes, respiran sus voces más allá de lo determinado por la edad: OPUS I es una banda decidida a crecer, no importan las trabas del destino, es decir, las de la edad. Si mañana amanecen bajos exitosos, saxos exquisitos y bateros de renombre (como Henry Cole, al que mucho conozco) no importa: la* banda* en que aparezcan será* la* mejor** de todas. Si cualquier sábado de estos, por ejemplo, nos enteramos que Reyes (el director de la banda) ha ganado un merecido premio como intérprete o compositor, no nos vamos a sorprender: todos vamos a aplaudir ese logro. De hecho, una de las cosas que más yo lamento es el anonimato en que residen Kaútica y Opus I, hasta ahora bandas desconocidas, mucho más que la poderosa Duel of Fate, Los huesos de Eva y tantas otras a las que opacan el mercantilismo, la mala fe y la payola local.
“FINALLE FINALLE” o “YA ME VOY”
Ni músico ni famoso he nacido. Escribo todo esto simplemente para:
1. Que consten.
2. Que no se desperdicie el talento(al contrario, que se conozca).
3. Que no sea todo vulgaridad (el Mundo sin música es asqueroso).
4. Que la juventud también cuente.
EL SILENCIO ESTA HECHO DE TODO LO DEMAS.
Comentarios
p.s. Tuve que repostiar el comentario para corregir ciertas burradas gramaticales...
Algunas de las canciones, bien dicho, lucirian mucho mas si fueran cantadas por tu voz madura y completamente desarrollada. Sin embargo considerando la falta de entrenamiento de las chicas y su deseo de cantar, sus voces suenan bien. Con el entrenamiento adecuado sus voces sonarian muchisimo mejor. Pero ese entrenamiento es algo que cada cantante debe decidir si quieren hacerlo ya que toma mucho tiempo.
Pero la experiencia que estan cogiendo les esta ayudando a determinar su futuro profesional y por eso tambien hay que darles credito.
Si, este CD 7mo de Opus I es el mejor de todos. Pero como en el mundo de las artes todo tiene su tiempo y su lugar, creo que ellos estan haciendo caminos y divulgando un mensaje positivo para nuestra juventud perdida en desolacion.
Un articulo bien interesante.
La paz de Cristo y buena suerte en tu tesis.