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"¿La cultura está por el piso?" ... José Velázquez nos da la respuesta.







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Además de dibujos y máscaras (otras mucho más enigmáticas que esta: convertidas en verdaderas “esculturas faciales”), hay nada menos que una selección de instrumentos musicales inventados por este artesano puertorriqueño de ignota presencia en nuestro entorno cultural.

Padre de músicos (un guitarrista y una soprano), ex empleado gubernamental, José R. Velázquez trabaja actualmente en uno de los muelles del Viejo San Juan atendiendo turistas y ofreciéndoles como mercancía muchas misceláneas entre las cuales, lamentablemente, no se encuentran sus tres libros de figuras para armar (uno sobre aves autóctonas, otro sobre caretas tradicionales y otro sobre los útiles que pertenecieron a los taínos) ni sus ingeniosas caricaturas, ni muchísimo menos sus sorprendentemente originales instrumentos musicales. Su obra, a pesar de transpirar seriedad por todos lados, apenas comienza ahora a difundirse (me acaba de decir, hace una hora inusitada en que hablé con él, que tiene en su casa 5,000 copias de su último proyecto listas para distribución).

Yo lo quiero mucho porque viví con él unos años en Guavate (en principio se trataba del hospedaje de mi hermano y yo, pero ese lugar se transformó luego en un autentico hogar), durante los cuales compartimos hambre e ilusiones: ¡el me dobla la edad pero sueña en las mismas cosas que yo! Sobre todo, me sorprende esa capacidad de aferrarse a lo propio: cero trabajos de oficina (si no le gustan, pues no lo gustan y punto), cero aspiraciones al poder (siempre pareció más preocupado en crear que en capitalizar su creación), cero prejuicios (pero, eso sí, ciento por ciento de fe en las convicciones, que para fortuna mía desde entonces, son convicciones patrióticas, ecológicas y morales),
y bueno, cero cuentos: ahora mismo se encuentra junto a mí!!!!

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