(Dije “indigno”, no “indígena” ni "indigente")
1. Los custodios del Poder
El Poder nos embelesa de tal modo, que cuando actúa con total impunidad logra convencernos de que lo hace como un acto de grandeza.
Han derribado los portones de la UPR. Para ello se han utilizado miles de dólares. Vigilando el derrumbe, hay que ver. Tenemos que detenernos en esos muchachos desempleados que fueron contratados de un momento a otro por Capitol Security (ninguna compañía privada de seguridad vela por los intereses del colectivo), y que se ven como se ven. (¿Sirven efectivamente las apariencias?)
Se afanan en seguir las directrices de sus jefes solo por cobrar (“En Loíza damos palos por gusto, y aquí por dinero”, le dijo uno de ellos a Rafael Esteves: está en Internet). Si les hubiesen ordenado derribar la casa del gobernador, ¿habrían dudado? Es obvio que nunca estudiaron en la UPR: son jóvenes, pero tienen hijos, y por eso trabajan a tiempo completo custodiando la propiedad privada de otros.
1.1. Los demás custodios
Tenían tubos y cuchillos en sus manos (vean las fotos), aunque es cierto: los estudiantes les rompimos los cristales a sus guaguas. Yo no estuve ahí pero me alegré por los videos: ¡eran como si estuviesen rompiendo los portones de mi casa!
Yo quisiera saber qué ciudadano mirará impávido la demolición de su hogar decretada por un alcalde. ¿Quién va a decir: “No haré nada, eso es una orden del alcalde”?
2. Luis * Fortuño Burset
Yo extraño a Rosselló. Yo ansío el regreso de Aníbal. (“¡Ah!: ¡¿Y Sila?!”)
Nuestro actual gobernador es pertinaz como el primero y carismático (dicen) como el segundo: ¡terrible! Con esa faz de buen hombre (bañado y perfumado, sosegado, llano) oculta las ideas más recalcitrantes que se puedan imaginar:
a. cortar media isla para sembrar un tubo que reduce el costo de luz en 10% (ni en 30 ni en 50: apenas un mísero diez por ciento);
b. “achicar” el gobierno despidiendo a los de abajo, no a los senadores (¿para qué hay tantos, si solo 2 o 3 líderes del senado y la cámara toman las determinaciones?), ni a los asesores de los seguidores del Partido.
(El trámite para la demolición de los portones de la UPR fue millonario, porque incluía los susodichos servicios de “seguridad”: eso, indirectamente, lo avaló el minúsculo gobernador.);
c. hacer una consulta al pueblo a ver qué preferencia de estatus deseamos, en vez de impugnar con tesón en Washington nuestra situación colonial, en vez de convencer al pueblo de que nos lancemos a la calle (esa calle queda en la Capital Federal) a una nueva fórmula política no colonial; y… ¿qué más? ¡Ah!
d. Darle la bienvenida a la empresa privada. Lo poco que nos va quedando es solo para negociar: autopistas, aeropuerto, universidad (ya mismo la ofrecerá) y costas. El Poder permite que la empresa privada se establezca y traiga, ya que no la prosperidad, la imagen de ella (a fin de cuenta, los boricuas somos visuales: si todo se ve bien será que lo está).
(Marcos Rodríguez E*ma ha dicho que sacaría a patadas de su Universidad a los profesores y estudiantes que incitan a la huelga, porque son una “minoría de izquierdosos” que, según él, tienen una agenda política... Rodríguez Emma, ¿no tiene una agenda política?, ¿no sabe que a él también lo sacaríamos a patadas si pudiéramos?, ¿quiere, en efecto, que alguien vaya y saque a patadas a esos “izquierdosos”?, ¿se reconoce “derechoso”?...)
(y bueno, no tiene nada que ver, pero, ¿está consciente de lo rejodidamente maricón que se presenta ante nosotros, cuando actúa con esa prepotencia de adolescente constipado?)
3. Blanco o Negro
Yo, que dije “maricón” al hablar de la honorable secretaria de la gobernación, me he cerrado todas las puertas. ¡Soy un hombre parcializado!
Menos mal que vivimos, como nunca, el cuatrienio de los PARCIALIZADOS. Muchos de los estudiantes han caído en esa trampa; muchos de ellos quieren que los portones (que ya no existen) permanezcan abiertos para ellos “poderse graduar”.
(Lourdes Ramos –senadora– dijo el martes que recuerda sus días de estudiante en la UPR, durante la huelga del 1980. Como ella perdió el semestre, no quiere que ahora nadie lo pierda. Como ella no luchó contra el Poder en aquel entonces, y pertenece ahora al Susodicho, no quiere que ahora nadie luche. Y muchos estudiantes han caído en esa trampa.)
Yo estoy parcializado: no quiero que se le haga la cosa fácil al Poder. Otros están parcializados en el bando contrario. (“¿Quién que es no es un ser parcializado?”)
Hasta los filósofos están parcializados: prefieren el distanciamiento de la razón, y no la inmediatez y cercanía de las cosas.
En una de mis clases: “Yo la pagaría”, dijo una estudiante de apellido Son, refiriéndose a la cuota. (La cuota es de 800 dólares y la tienen que pagar los estudiantes, no las palmas.)
“¿Y los que no pudieran pagarla?”, pregunté yo, refiriéndome a lo mismo, aunque pensando también en las palmas. (Yo no quiero hablar más que de cuotas y palmas, sin dejar de mirar...)
Yo pregunté: “¿Y los que no pudieran pagarla?”
“¡Que cojan un préstamo!”, intervino otra estudiante. Siempre, al parecer, tiene que ver con estudiantes. Al menos, desde que yo estudio y me conozco (lo demás eran adolescencia y ganas).
“¡Que cojan un préstamo, como hice YO!”
La conversación no duró mucho más: yo estaba dolido ante tanta sumisión y preferí hablar de comas. Ese mismo día por la tarde, me encontré con mi director de tesis y le entregué la pre-propuesta que redacté sobre Arreola. Tarde en la noche, me fui, cómo no, a piquetear…
Comentarios
hay quienes imaginan el olvido
como un depósito desierto / una cosecha de la nada y sin embargo el olvido está lleno de memoria. (M Benedetti)