Ayer, mientras el Dr. Juan G. Gelpí era admitido, en ceremonia oficial, a la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, yo me despejaba de mis faenas de trabajo, escribiendo ligeras impresiones en este blog. La primera impresión que postié, **** cosas por su nombre, fue profética: Anoche mismo, los policías, cazapillos a sueldo y ganapanes, tercos e iletrados, ignorantes y prepotentes, como todos aquellos que ejecutan a ciegas las órdenes que les envía el poder, protagonizaron un motín nada menos que en la Avenida Universidad. ¿Flashback de Tlatelolco? ¡Qué va! Allí por lo menos tenían la excusa de las molotov. Anoche lo que detonó el gatillo (literalmente) que afectó seriamente a Michelle Padró, fue la consigna “Bruto” coreada por unos pocos, poquísimos estudiantes que sólo querían distender las tensiones de la noche. Vea el video en endi.com y dígame si no fue esa consigna el origen de los gases lacrimógenos. ¿Culpables los estudiantes? Ninguno lanzó nada, salvo la susodicha. Ninguno pretendía nada, salvo lo dicho, en una noche de hangeo, tertulia y coqueteo, como todas las de los jueves, para aquellos privilegiados jóvenes que disponen de un poco de dinero y tiempo de (hoy, al parecer, proscrito) solaz.
Se habla del código de orden público, con el que se intenta frenar la criminalidad. ¿Tienen que ver con la misma, los universitarios? Recuerdo cuando fue a mí al que le tocó vivir la experiencia. En "El Mirador" de Cayey, años luces atrás. Cierto que en el lugar habían asesinado a alguien tiempo atrás (y tiempo después), pero esa noche, la noche de los irrespirables y urticantes gases, yo sólo había escuchado los “crack” de las latas de cerveza, cuando sonó el primer disparo de los guardias.
Los justificará el alcalde, el superintendente y el gobe (que de hecho, anda pidiendo chavos por Virginia, orgulloso de haber sido el primero en radicar la solicitud de fondos). Pero los condenan y condenarán los universitarios, ¡sus futuros superiores..!
Se habla del código de orden público, con el que se intenta frenar la criminalidad. ¿Tienen que ver con la misma, los universitarios? Recuerdo cuando fue a mí al que le tocó vivir la experiencia. En "El Mirador" de Cayey, años luces atrás. Cierto que en el lugar habían asesinado a alguien tiempo atrás (y tiempo después), pero esa noche, la noche de los irrespirables y urticantes gases, yo sólo había escuchado los “crack” de las latas de cerveza, cuando sonó el primer disparo de los guardias.
Los justificará el alcalde, el superintendente y el gobe (que de hecho, anda pidiendo chavos por Virginia, orgulloso de haber sido el primero en radicar la solicitud de fondos). Pero los condenan y condenarán los universitarios, ¡sus futuros superiores..!
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