Te quiero mucho, y discúlpame la angustia de estos días: es que he estado contento a deshoras. Con noches tan nítidas y cielos tan claros, uno se adolece. Encima, llueven sobre uno polvos del Sahara. Quiero que estemos contentos a la vez. ¡Yo te espero! Si quieres, para que no digas, voy a estar triste hasta que llegues, y así veas que me alegro de veras: de verte, que es ya de por sí una alegría. Mucha.
Vigilia callada bajo sueño apalabrado.
Comentarios
Desde que no te beso, mis dias son de pan y agua. Extrano aquellos cuando nuestras miradas se perdian en una misma direccion; cuando desenfadados espacios llenos de alegria. le arrebataban la tristeza a las horas.
Se que te pierdes sin mi, pero no sabia que yo tambien sin ti perdia rumbo.
Como le hacemos para que no se nos muera la poesia? Convoquemos el susurro del amor liviano.