Ir al contenido principal

Dos, o...

Vete de aquí, Onetti

Uno se levanta y la otra simula dormir. Uno: en el baño, sintiéndose mal realmente. No es broma: ha bebido demasiado. Una: piensa, casi como fiel creyente: “Ojalá se muera.” Una duerme, o intenta dormir.

Mi papá se tarda. Está en el baño tardándose y mientras tanto mi mamá piensa eso que pensó. (Yo no existo, hasta el final de la historia; mientras, mi papá se queda en la bacineta pensando: “Esto es mucho.” ¿Frase u oración..?)

“Esto es mucho”: ¡oración! Antes o después de un “¡blahg!”, salido de los intestinos, y que rompe como un cisne de íconos inciertos, “¡blahg!”, irlandés, ariano, o quizás con un desenlace puramente meridiano.

“¿Qué dijiste?”, pregunta mi mamá desde la cama. “¡Blahg!”, piensa, siente, contesta o dice para sí mismo papá: "Blagh, blagh, blagh."

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sempiternus

Fui a la playa a contemplar la arena: semillas de aquella piedra con la que tallé tu nombre, Carmen Haddys. Antes de la forja y la ponderación de la perla. Antes de la domesticación de los océanos. Fui a buscarte, mi amor, porque estás hecha de mar y transparencia.

La razon comprometida

David Rodriguez , filosofo, no usa drogas a pesar de que lleva un lustro viviendo en Nueva York. Ahí se doctora, haciendo una revaloracion de la epistemología (filosofía del conocimiento) desde una perspectiva del lenguaje. Digo, eso creo haber sacado en claro de nuestra ultima conversación...

En torno a la historia de Patillas.

Breve reseña de: Nieves Rivera, Jorge. Agricultura, Rebelión y Devoción. Tres microhistorias del sureste de Puerto Rico . San Juan: Editorial Akelarre, 2015. La región sureste de Puerto Rico no solo cautiva nuestros sentidos cotidianos, gracias a su diversidad ecológica viva y radiante, sino que es una zona rica en historia que como toda zona histórica, se transfigura en territorio ejemplar. Las pugnas finiseculares entre el llano y la montaña, entre incondicionales y liberales, entre hacendados y peones, quedan retratadas de manera sencilla, imparcial y humana, en este maravilloso trabajo de investigación histórica. Trabajo sucinto, como el pueblo de Arroyo, y profundo, como las impresionantes fayas de la Sierra de Cayey. La huella del pasado aparece de repente entre cafetales: una clave toponímica, unas ruinas sepultadas en la hierba o un puñado de entrevistas fundamentales con esos admirables sobrevivientes del pasado que son nuestros viejos (al decir de Carlos Monsiváis)...