(También titulada: Apostillas a un comentario del lector)
Con terrible honestidad, me confiesa un lector de Hoja-labra: “Si no es porque la obra ha ganado algún premio (o porque el autor ya es famoso y me interesa el tema) va a ser difícil que lea algo. Es que hay demasiados libros. ¿Qué uno va a hacer?”
Es cierto:
¿Cuándo hemos leído algo que no sea al menos notorio? Claro que eso no contradice la noción de que el formato de un libro debe ser impecable: carátulas bonitas atraen al lector. ¡Pero miren la importancia que tiene un premio, o un aplauso de la crítica! ¿Podrá una carátula bonita competir contra una crítica a su desfavor?
Así pues, ¿qué leer?: lo aplaudido.
De otra parte, la idea de que las grandes editoriales (p. e. Alfaguara) publica solo a "los grandes" es cuestionable. ¿Alfaguara publica textos que han ganado, en vez de “El Premio Alfaguara”, “El Premio Isla Negra”?
Comprar libros porque están baratos me parece una idea ultra valiosa (a menos que ese libro sea desconocido y esté al lado de otro más caro, pero conocido...).
Yo no puedo decir cómo escojo lo que leo por una sencilla razón: ya lo he hecho. Es decir, poseo una biblioteca que, aunque se le pueda objetar la ausencia de algún titulo, me va a proporcionar lectura por al menos los próximos 36 meses. ¿Qué más tendría que comprar, en todo caso, sino lo importante reciente?
Así pues, ¿qué leer?: lo importante (que es lo aplaudido) y ** reciente.
Cero autores secundarios del siglo XIX, a menos que usted no sea especialista.
Lo que pasa es que uno se topa por ahí, por ejemplo, con “Los huéspedes del Purgatorio” o “Pasajero de verano” y no sabe qué hacer con el hallazgo. Para colmo, le sucede a uno que su amigo ha publicado en esos días un libro y ese sí habrá que leerlo (sin ni siquiera suponerlo).
La pregunta entonces habría que cambiarla por otra: ¿qué no leer? Plinio recomienda que se lea todo, al sentenciar que: "No hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena."
La pregunta entonces nuevamente se altera: ¡¿cómo leer?!
Y esta pregunta asociada (cortesía de “D”): ¿para qué leer? Respuestas ofrecidas por mi queridísimo lector: para “curarse” (es decir, nada menos que para divertirse o gozar); para ampliar la visión de* mundo; para estimular la imaginación y fascinarse con la* de otros (léase, los escritores); para “ser mejor persona” (¿es decir, para adquirir sabiduría?); y, finalmente, para aprender a escribir (oxímoron aparte).
A ese listado habría que añadirle los motivos negativos (como leer para echárselas), pero eso no va a tono con la vibra de Hoja-labra.
También habría que añadirle motivos prácticos, como el de leer para no descuidar el ejercicio de la lectura (tal y como, de vez en cuando, uno debe salir a bailar o realizar algún cálculo matemático de alguna complejidad, para no perder esas destrezas).
Pero la premisa de que se es un lector fortuito nunca formó parte de nuestro querido silogismo.
Comentarios
La errata al comienzo de su misiva (“miembro elige” por “miembro elegible”) hizo tambalear un chispito mi emoción.
Algunos comentarios:
Para Plinio era mas facil decir eso; hoy dia hay demasiados libros(ayer lei un articulo en el NY Times sobre "self-publishing" y mencionaba que el anio pasado salieron 26,000 libros auto-publicados; en promedio cada autor vendio 150 copias). O sea que cada vez es mas dificil escoger; todo el mundo quiere que le hagan caso.
Pero ademas de los criticos "oficiales" puede haber criticos independientes en blogs como este y en salones de clase que recomienden libros que valgan la pena. Y puede haber premios extra-oficiales o informales tambien. (En fin, que puede haber 26,000 criticos).
Enrique Pineda me dijo una vez que la vida (o el arte, no recuerdo) es como una bola de hilo dentro de una botella de cristal: por cualquier pedazo de hilo que empieces a halar llegas al centro de la bola. (Podriamos ponerle como diez notas alcalce a la imagen pero la idea general no esta mal ?verdad?).