Amig@s:
Vuelvo a contarles lo que me sucedio ayer; esta vez, menos retorico y completamente calmado. Recibi en la manana 4 correos electronicos (1 de ellos, de mi hermano en Nueva York), todos sobre el mismo tema: que si tal dramaturgo escribio una ripostacion a tal ensayo de Santos Febres. Yo lei lo que resulto ser un comentario reaccionario de Ramos Perea a la propuesta de Santos de dejar a un lado nuestra insistencia en abordar el tema de la identidad cultural (alguien con esas caderas y esa intensa melanina no tiene por que insistir en su herencia e identidad cultural); y me debatia entre comentar algo de eso en Hoja-labra o ver novelas (estoy viendo "Amor en custodia" por WAPA) cuando... ta-ta-ta-tan: recibi un correo de Mayra Santos dirigido a "Jorge Rodriguez", quien le habia enviado la ripostacion de Ramos Perea directamente a ella. Lo que decia el mensaje de Santos no interesa. A mi lo que me preocupo fue que yo estaba entre medio: parecia como si hubiese sido yo el que le llevo a ella los berrinches (en el fondo eran eso, tristemente) de el.
Pense que era el argumento perfecto para un cuento de terror que, de hecho, es el mas tenebroso y fatal de los argumentos posibles: el de una persona que no puede controlar sus palabras (escritas o habladas). Porque si alguien le roba a uno la cuenta de e-mail y comienza a enviarles mensajes a todos nuestros amigos (o conocidos), no solo es posible, si no que al menos a mi buen amigo Damian Garcia una vez ya le paso. Pero que uno se levante y en vez de decirle a su companera de suenos "Buenos dias", abra la boca y diga "Apestas", sin querer haberlo dicho, ya eso es terror y puro espanto. O que uno quiera comenzar a escribir la mas abrasadora historia erotica, comenzando con obscenidades lo que bien pudo comenzar diciendo: "En los ojos de Martica se reflejaban los mios, mi enorme cuerpo e incluso la inmensa cama que veniamos recorriendo hacia una hora, buscando sin encontrar aun el lugar exacto de las conciliaciones..." Eso mis lector queridos seria el comienzo del horror.
Pero mi historia es feliz, ya que le escribi un correo a Santos Febres, desligandome del asunto, y ella me aclaro el error. De los muchos Jorge Rodriguez, ella le habia escrito al periodista, y confundio su direccion de correo con la mia (cosa que pasa entre personas, como ella y yo, que reciben mensajes re-enviados en comun; en este caso, porque ella trabaja y yo estudio en el mismo lugar). Y si bien el hecho de que hay al menos 20 tios con el mismo nombre de uno, ya es un argumento "orwelliano", yo vivo con la esperanza de ser, entre todos, el unico "canito jabao"...
Pense que era el argumento perfecto para un cuento de terror que, de hecho, es el mas tenebroso y fatal de los argumentos posibles: el de una persona que no puede controlar sus palabras (escritas o habladas). Porque si alguien le roba a uno la cuenta de e-mail y comienza a enviarles mensajes a todos nuestros amigos (o conocidos), no solo es posible, si no que al menos a mi buen amigo Damian Garcia una vez ya le paso. Pero que uno se levante y en vez de decirle a su companera de suenos "Buenos dias", abra la boca y diga "Apestas", sin querer haberlo dicho, ya eso es terror y puro espanto. O que uno quiera comenzar a escribir la mas abrasadora historia erotica, comenzando con obscenidades lo que bien pudo comenzar diciendo: "En los ojos de Martica se reflejaban los mios, mi enorme cuerpo e incluso la inmensa cama que veniamos recorriendo hacia una hora, buscando sin encontrar aun el lugar exacto de las conciliaciones..." Eso mis lector queridos seria el comienzo del horror.
Pero mi historia es feliz, ya que le escribi un correo a Santos Febres, desligandome del asunto, y ella me aclaro el error. De los muchos Jorge Rodriguez, ella le habia escrito al periodista, y confundio su direccion de correo con la mia (cosa que pasa entre personas, como ella y yo, que reciben mensajes re-enviados en comun; en este caso, porque ella trabaja y yo estudio en el mismo lugar). Y si bien el hecho de que hay al menos 20 tios con el mismo nombre de uno, ya es un argumento "orwelliano", yo vivo con la esperanza de ser, entre todos, el unico "canito jabao"...
Jorge Luis Rodriguez Ruiz-Rivera Davila (para que conste..!)
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Iris Chacón