#1 Medio Oriente
Vivo en Inf- Herna y mi nombre comienza con la jota. Como mi suegra se quedó en mi casa una mañana en que mi esposa dormía y mis dos hijas reposaban en el campo (santo), fui acusado de violarla, hallado culpalble (había algo parecido a semen en su abaya) y asesinado, perdón: ajusticiado a pedradas en una población cercana.
No saben con qué alegría estoy escribiendo desde el cielo estas palabras.
#2 Africa
Yo nací enferma en Maldinta. El demonio que me poseía fue más grande que el médico viejo. Más grande que mi pueblo, al cual arrasó. Pero no más grande que el gobierno, a donde acudí cuando ya no podía más, arrastrando mi única pierna e intentando no llorar, para no verter el agua que me quedaba en el cuerpo. Morí a las puertas del pueblo, bastante alejada de la sala del hospital. Pero pude ser enterrada junto a otros luego de que varios soldados con apariencia de enfermeros (no tenían sus metrallas puestas) se encargaran de nosotros.
Dios se va a encargar también de ellos algún día. Eso dicen.
#3 Latinoamerica
Mi nombre es Acansia que no está en el santoral moderno de los pueblos de América, pero sí en el nuestro de Loreto, que fue otro santo. Acansia es “hija del llanto” y por eso Dios ha querido que naciera sin manitas, aun cuando mi padre las necesitaba como ayuda para su parcela. Ni siquiera mi madre ha podido acompañarlo en su penar, porque mi madre ha muerto al darme la luz. Como me toca sufrir, seré grande.
Entonces seré mendicante hasta juntar una suma cuantiosa de dinero con la que compensaré a mi padre por todas sus penas sufridas, a causa sobre todo de mí.
Vivo en Inf- Herna y mi nombre comienza con la jota. Como mi suegra se quedó en mi casa una mañana en que mi esposa dormía y mis dos hijas reposaban en el campo (santo), fui acusado de violarla, hallado culpalble (había algo parecido a semen en su abaya) y asesinado, perdón: ajusticiado a pedradas en una población cercana.
No saben con qué alegría estoy escribiendo desde el cielo estas palabras.
#2 Africa
Yo nací enferma en Maldinta. El demonio que me poseía fue más grande que el médico viejo. Más grande que mi pueblo, al cual arrasó. Pero no más grande que el gobierno, a donde acudí cuando ya no podía más, arrastrando mi única pierna e intentando no llorar, para no verter el agua que me quedaba en el cuerpo. Morí a las puertas del pueblo, bastante alejada de la sala del hospital. Pero pude ser enterrada junto a otros luego de que varios soldados con apariencia de enfermeros (no tenían sus metrallas puestas) se encargaran de nosotros.
Dios se va a encargar también de ellos algún día. Eso dicen.
#3 Latinoamerica
Mi nombre es Acansia que no está en el santoral moderno de los pueblos de América, pero sí en el nuestro de Loreto, que fue otro santo. Acansia es “hija del llanto” y por eso Dios ha querido que naciera sin manitas, aun cuando mi padre las necesitaba como ayuda para su parcela. Ni siquiera mi madre ha podido acompañarlo en su penar, porque mi madre ha muerto al darme la luz. Como me toca sufrir, seré grande.
Entonces seré mendicante hasta juntar una suma cuantiosa de dinero con la que compensaré a mi padre por todas sus penas sufridas, a causa sobre todo de mí.
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