Algunas veces, la forma “bien-sonante” o correcta de las palabras soeces hace desaparecer el sentido desagradable que se intentaba transmitir. Por ejemplo, “defecar” no molesta, y ya sería una gran mamalonada decir “defeco a tu madre”. Incluso “pato” (que aunque no lo parezca es una malapalabra) tiene su contraparte en "homosexual", que sólo por complejo no es aceptable para algunos hoy día.
En otros casos, la forma correcta sigue ofendiendo. Veamos algunas palabras:
1. "Puta": 'que cobra por sexo' (y por lo tanto, en teoría, no le es fiel a ningún hombre). En realidad, nadie quiere ser llamad@ prostitut@ porque eso implica que uno está a merced del dinero de cualquiera, y como a nadie le gusta que se sepa tan a las claras la verdad, pues eso…
2. "Bicho": 'órgano sexual masculino.' Claro que nadie en Hispanoamérica le dice así más que nosotros; pero en todo país hay una forma grosera para referirse al susodicho. Lo que es el “bicho” y la “chocha” (otro animal) no se salvan: tiran más para lo vulgar que para lo poético. La prueba es que la mejor forma de estropear tu carrera literaria es escribir un poema en que aparezca la palabra “vagina”. Y bueno, en el caso de chocha, la vulgaridad quizás surgió al colocar la imaginación al lado de las definiciones para el verbo “chochear”: a. Tener debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad. y b. Extremar el cariño y afición a personas o cosas, a punto de conducirse como quien chochea. Dato curioso: no existe ninguna entrada con chocha en Wikipedia.
3. "Bujarrón": en Puerto Rico, con “g” de “gay”. El término corre a medias entre lo vulgar y lo coloquial, e incluso la propia Academia no lo cataloga de “malsonante”. Además, para nosotros no significa exactamente ser “sodomita”, que es el equivalente que da la Academia, asimilando ambos términos al de "maricón". El bujarrón es el hombre heterosexual que a veces cruza la línea, o bueno, el círculo, y se adentra, o bueno, lo adentra en zonas pretendidamente autocensuradas. El bugarrón en el fondo es un traidor o un hipócrita, de ahí tal vez que el propio término no se catalogue estrictamente como vulgar (al igual que no lo son “hipócrita” ni “traidor”) si no “negativo”.
4. "Bellac@": 'que gusta del sexo en exceso.' “Lujurioso” no enorgullecería a nadie, aunque dependiendo la persona, tal vez le añadiría algo chic: “obrero lujurioso", etc.
(Interrumpo. Son las 10 de la noche: Mami me va a regañar. ¡Hasta luego!)
En otros casos, la forma correcta sigue ofendiendo. Veamos algunas palabras:
1. "Puta": 'que cobra por sexo' (y por lo tanto, en teoría, no le es fiel a ningún hombre). En realidad, nadie quiere ser llamad@ prostitut@ porque eso implica que uno está a merced del dinero de cualquiera, y como a nadie le gusta que se sepa tan a las claras la verdad, pues eso…
2. "Bicho": 'órgano sexual masculino.' Claro que nadie en Hispanoamérica le dice así más que nosotros; pero en todo país hay una forma grosera para referirse al susodicho. Lo que es el “bicho” y la “chocha” (otro animal) no se salvan: tiran más para lo vulgar que para lo poético. La prueba es que la mejor forma de estropear tu carrera literaria es escribir un poema en que aparezca la palabra “vagina”. Y bueno, en el caso de chocha, la vulgaridad quizás surgió al colocar la imaginación al lado de las definiciones para el verbo “chochear”: a. Tener debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad. y b. Extremar el cariño y afición a personas o cosas, a punto de conducirse como quien chochea. Dato curioso: no existe ninguna entrada con chocha en Wikipedia.
3. "Bujarrón": en Puerto Rico, con “g” de “gay”. El término corre a medias entre lo vulgar y lo coloquial, e incluso la propia Academia no lo cataloga de “malsonante”. Además, para nosotros no significa exactamente ser “sodomita”, que es el equivalente que da la Academia, asimilando ambos términos al de "maricón". El bujarrón es el hombre heterosexual que a veces cruza la línea, o bueno, el círculo, y se adentra, o bueno, lo adentra en zonas pretendidamente autocensuradas. El bugarrón en el fondo es un traidor o un hipócrita, de ahí tal vez que el propio término no se catalogue estrictamente como vulgar (al igual que no lo son “hipócrita” ni “traidor”) si no “negativo”.
4. "Bellac@": 'que gusta del sexo en exceso.' “Lujurioso” no enorgullecería a nadie, aunque dependiendo la persona, tal vez le añadiría algo chic: “obrero lujurioso", etc.
(Interrumpo. Son las 10 de la noche: Mami me va a regañar. ¡Hasta luego!)
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